"LAS MEDALLAS CUBANAS DE AYUNTAMIENTOS"

Motivados por la feliz circunstancia de que esta medalla del “Ilustre Ayuntamiento de Madruga” haya llegado a nuestras manos hemos decidido, utilizando su imagen como presentación de esta página, preparar una breve reseña histórica sobre el surgimiento de este tipo de medallas, tan raras como interesantes, conocidas generalmente como “de Ayuntamiento” entre los coleccionistas cubanos.
El uniforme
La vieja costumbre, que venía desde el siglo XVI, de que los señores capitulares asistieran a los cabildos vestidos, con sobriedad y elegancia, de negro, hizo que en 1775 los ayuntamientos de Santiago de Cuba y La Habana acordaran diversos uniformes para sus individuos, también de color negro, con bordados en oro, y el de Santiago, por su parte, determinó que sobre el traje, en el pecho, se llevara “un escudo o medalla de oro con las armas de la ciudad, y por el otro la real efigie de Su Majestad, colgada con cinta blanca”. No hay referencias de que esta medalla haya existido físicamente, pero los uniformes, confeccionados con telas traídas de la metrópoli, fueron muy usados por los regidores modificándose los de La Habana, al siguiente año, ya que resultaban insoportables e incómodos a causa de lo ardiente del clima, por lo que se determinó que fueran de color azul turquí, con botón y bordadura de oro, y forro color de caña, alusivo a que la aplicación del cultivo de esta planta para fabricar con abundancia el azúcar, había contribuido bastante al desarrollo de la ciudad.
No obstante, las inclemencias del clima tropical hicieron que poco a poco comenzara, entre los miembros de los cabildos, cierta despreocupación e indiferencia por el uso de los calurosos trajes, y ya en los comienzos del siglo XIX los ayuntamientos se vieron forzados a insistir en que los señores capitulares asistieran de uniforme a los cabildos y a los actos públicos. Se vislumbraba ya la necesidad de crear una nueva insignia que sirviera para distinguir a los miembros de los cabildos del resto de la población.
La medalla
El precedente inmediato y causa de la medalla, cuyo uso fue concedido en 1864 como distintivo general a los individuos de todos los ayuntamientos de la Isla, fue la propuesta hecha en junta de 31 de octubre de 1855 por el Marqués de Aguas Claras, regidor perpetuo del ayuntamiento habanero, don Francisco Filomeno Ponce de León, en el sentido de que con frecuencia ocurrían desórdenes en las calles que eran presenciados por los señores capitulares sin poder evitarlos ni reprimirlos por no ser personas conocidas de los agentes de policía, por lo que proponía el uso de una medalla que los hiciera reconocer y respetar por dichos agentes. La proposición fue aceptada y se pasó a los comisarios y al caballero síndico procurador general para su consideración. Estos dieron su conformidad al siguiente año y elevaron el expediente al Capitán General para que le diera su superior aprobación si lo estimaba conveniente, y éste lo remitió, con su consentimiento, a una comisión encargada de su estudio definitivo.
Entre unas y otras gestiones respecto al diseño y confección de las medallas, finalmente, en cabildo del 20 de mayo de 1864, se aprobó el uso del uniforme como traje de gala en todo acto público en que tuvieran que presentarse los señores capitulares, y que se distinguieran con una medalla que se llevaría pendiente del cuello con una cinta de los colores nacionales. También se acordó que el costo de las medallas fuera de cuenta de cada uno de los funcionarios actuantes y que, al cesar en sus cargos, las dejaran para los que entraran a reemplazarlos. El 13 de noviembre de ese año aparecía en la “Gaceta de La Habana” la noticia de que por Real Orden de fecha 8 de agosto, Su Majestad la Reina de España “se ha servido autorizar, como distintivo general a todos los individuos de los Ayuntamientos de la Isla, el uso de una medalla dorada pendiente del cuello con una cinta de los colores nacionales, coronada con la Real de España, y en cuyo anverso se estampen las armas particulares que tenga autorizado cada distrito o en su defecto la efigie del Santo Patrono, y en su reverso la siguiente inscripción: Ilustre Ayuntamiento de...”.
El 18 del propio mes de noviembre, el cabildo conoció del oficio del Gobierno Superior Civil en el que, a propuesta del Ayuntamiento, se establecía “que el uniforme especial que se concedió a dicha Corporación por Real Cédula de 6 de enero de 1779 se sustituya con el simple traje de etiqueta y que se adopte desde luego el uso de una medalla pendiente del cuello que dé a conocer a los individuos de los diferentes municipios de esa Isla”, disponiendo, además, que las medallas fueran costeadas por los fondos municipales, incluyendo su importe en los presupuestos de los Ayuntamientos. A ese efecto, la municipalidad habanera acordó destinar para la fabricación de las medallas la suma de dos mil quinientos pesos, y aunque no se ha podido localizar más información sobre cómo y por quién se hicieron las referidas piezas, lo cierto es que en acta del cabildo extraordinario de elecciones celebrado el primero de enero de 1865, se refleja que después de efectuada la toma de posesión los nuevos miembros del Ayuntamiento de La Habana, fue “dispuesto por la presidencia se repartiesen las medallas que se ha acordado usen los señores concejales y que se encontraban sobre la mesa, y verificado, puestas dichas medallas al cuello de cada uno de los señores concurrentes, se acordó pasar inmediatamente a las habitaciones del Excmo. Sr. Gobernador Civil y Capitán General a ofrecerle sus respetos.”
El fajín
Con fecha 4 de diciembre de 1876, el Gobierno General de la Isla de Cuba elevaba al Consejo de Administración un expediente sobre la solicitud del Ayuntamiento de La Habana para sustituir la medalla de los regidores por un fajín morado con las armas de la ciudad, como el que usaba en España “la coronada villa de Madrid”. El día 14 del propio mes el Consejo elevó la consulta, con su aceptación, al Gobierno de Su Majestad, pero en las actas capitulares del Ayuntamiento habanero de esos meses no aparecen más noticias sobre el particular. Se cree que el caso de La Habana fue una excepción y que habrá que continuar investigando sobre lo ocurrido con estas interesantes medallas en los demás ayuntamientos de la Isla.
Las colecciones
Por su escasez y rareza, estas medallas son muy poco conocidas. En algunos museos municipales pueden verse las de sus propias localidades. Sólo en el Museo Numismático de la Oficina del Historiador de la Ciudad existe una amplia colección de 118 piezas. De éstas, sólo cuatro, La Habana, Matanzas, Pinar del Río y Santa Clara son de oro, las dos primeras con esmalte; Cárdenas, Guanabacoa, Guanajay y Nuevitas (municipio), de plata; y las restantes de latón, en su mayoría, con alguna de cobre. Ostentan sus respectivos escudos de armas las de La Habana, Matanzas, Cienfuegos y Guanabacoa, mientras llevan sus correspondientes santos patronos las de Pinar del Río (San Rosendo), Cárdenas (San Juan de Dios), Guanajay (San Hilarión) y Santa Clara (Santa Clara de Asís). Por su parte, las de Cárdenas, Guanabacoa, Guanajay, La Habana, Matanzas y Pinar del Río, de una factura muy superior a las restantes, aparecen firmadas por “J.Sánchez D.” (José Sánchez Díaz, según se cree, medallista que fabricó también la medalla de la Erección de la Estatua de Colón en Cárdenas). En cuanto a las inscripciones de los nombres de los ayuntamientos, las de mayor categoría llevan los títulos “Ilustre”, “Muy Ilustre” o “Ilustrísimo”, mientras las más corrientes los mencionan sin título alguno.
Medallas conocidas hasta el momento:
Aguacate
Aguada de Pasajeros
Alacranes
Alfonso XII (Alacranes)
Alquízar
Alto Songo
Artemisa
Banes
Baracoa
Batabanó
Bayamo
Bejucal
Bemba (Jovellanos)
Bolondrón
Cabaiguán
Cabañas
Caibarién
Caimito del Guayabal
Calabazar de Sagua
Camajuaní
Candelaria
Cárdenas (San Juan de Dios, plata dorada)
Ciego de Avila
Cienfuegos (escudo)
Cifuentes
Cimarrones (Carlos rojas)
Colón
Consolación del Norte
Consolación del Sur
Corral Falso de Macurijes (Pedro Betancourt)
Corralillo
Cruces
El Caney (pequeña, 1812)
Encrucijada
Fernandina de Jagua (Cienfuegos)
Gibara
Guamutas
Guanabacoa (escudo, plata dorada)
Guanajay (San Hilarión, plata dorada)
Guane
Guantánamo
Güines
Güira de Melena
Hato Nuevo (Martí)
Holguín
Jagüey Grande
Jaruco
Jatibonico
Jiguaní
Jovellanos
La Esperanza
La Habana (escudo, oro y esmalte)
La Salud
Limonar
Los Arabos
Macurijes
Madruga
Mantua
Manzanillo
Mariel
Matanzas (escudo Alfonso XII)
Matanzas (escudo, oro y esmalte)
Mayarí
Melena del Sur
Morón
Niquero
Nueva Paz
Nuevitas
Nuevitas (municipio, ovalada, plata)
Palma Soriano
Palmira
Pinar del Río (San Rosendo, oro)
Puerto Padre
Puerto Príncipe (escudo Alfonso XII)
Quemado de Güines
Quemados de Marianao
Quivicán
Rancho Veloz
Ranchuelo
Real Campiña
Remedios
Rodas
Sabanilla del Encomendador
Sagua de Tánamo
Sagua la Grande
San Antonio Abad
San Antonio de Cabezas
San Antonio de las Vegas
San Antonio de los Baños
San Carlos y San Severino de Matanzas
San Cristóbal
San Diego del Valle
San Fernando de Camarones
San José de las Lajas
San José de los Ramos
San Juan de Jaruco
San Juan de los Yeras
San Juan y Martínez
San Luis
San Luis de los Pinos
San Nicolás
Sancti Spíritus
Santa Clara
Santa Clara (Santa Clara de Asís, oro)
Santa Cruz del Sur
Santa Isabel de las Lajas
Santiago de Cuba (escudo local)
Santiago de las Vegas
Santiago de las Vegas (Ayuntamiento constitucional, corona mural)
Santo Domingo
Trinidad
Unión de Reyes
Victoria de las Tunas
Viñales
Vueltas
Yaguajay
Zulueta