LAS DIFERENTES ESTATUAS QUE ADORNARON EL PARQUE CENTRAL
Al revisar la página de las tarjetas postales dedicadas al Parque Central de la Habana llama nuestra atención las diferentes estatuas que figuran en aquellas que datan de los inicios del siglo pasado: la de Isabel II, un pedestal vacío, una rara figura símbolo de “La Libertad” y por último la de nuestro Apóstol que todos conocemos. Ello no ha incitado a preparar esta muestra en la que trataremos de seguir el rastro de las estatuas que existieron en este parque desde sus inicios hasta hoy. Comencemos:
*******
El Parque Central fue, en sus inicios, un espacio arbolado en el centro de la Alameda de Extramuros, también llamada Alameda de Isabel II, aunque ya desde la segunda mitad del siglo XIX, empezó a ser conocido como Parque Central debido a su ubicación entre la Habana intramuros, o sea, la que abarcaban las viejas murallas, y la extramuros, que poco a poco se iba extendiendo hacia el oeste y el sur. En este lugar, que pronto se convirtió en el sitio más frecuentado por la población habanera, fueron levantadas, en diversas épocas, seis estatuas, que con mayor o menor sentido artístico, representaron, a lo largo del tiempo, el acontecer político y cultural de la nación.
Primera Estatua de Isabel II
Cuando la reina Isabel II ascendió al trono español, en 1836, se celebraron grandes fiestas en La Habana y fue erigida, por un adinerado cubano residente en Cádiz y temporalmente entonces en la capital cubana, Don Nicolás de la Cruz Muñoz, Conde de Casa Brunet, una estatua de bronce de la referida monarca, que se inauguró el 19 de noviembre de 1840 en una plazuela de la Alameda de Extramuros, frente al Teatro de Tacón, que desde entonces fue denominada Plaza de Isabel II, más tarde integrada al Parque Central, al ser éste remodelado.


La estatua consistía en una pequeña figura como de un metro y medio de alto, que representaba a la soberana aún niña, de seis a ocho años de edad, con traje largo y el peinado de la época, sosteniendo en una mano un globo terráqueo, en la otra el cetro símbolo del poder y sobre la cabeza la corona real. Descansaba sobre una base cuadrada de mármol con cuatro inscripciones grabadas en cada una de sus caras, que decían: “Construido el paseo al nombre augusto consagrado fue erigida en el mismo año de 1840”, “siendo Capitán General el Príncipe de Anglona Marqués de Javalquinto”, “donó la real estatua el pedestal y la verja el Conde de Casa Brunet”, “director de la obra el de Ingenieros D. Mariano Carrillo”.
La escultura, por su pequeñez y poco arte, nunca fue de general agrado, por lo que en 1857 fue bajada para ser sustituida por otra que fuera “más propia del estado de prosperidad y cultura de esta población, así que también de la augusta persona que encarnaba”.
Segunda Estatua de Isabel II
En octubre de 1853 el Capitán General Don Valentín Cañedo concibió el proyecto de sustituir la pequeña estatua de la reina Isabel II que se había erigido en 1840 en la Plaza de Tacón, por otra más propia de la importancia de la ciudad, y a tal efecto se abrió una suscripción pública que no logró el resultado que se esperaba, pues sólo se recaudaron unos 2,400 pesos. Sustituido en diciembre el Capitán General Cañedo por Don Juan de la Pezuela, el nuevo gobernador aplicó a la idea nuevos fondos y un crédito de la Real Hacienda con lo que logró vencer las dificultades económicas que implicaban la construcción de esta obra. Por último, en 1852, el escultor francés Philippe Garbeille, establecido en La Habana, se ofreció para ejecutar el proyecto, a un costo de 5,000 pesos, lo que le fue aceptado.
En esta ocasión la estatua consistía en la figura de pie de la soberana, de unos siete pies de alto, modelada en mármol de Carrara, cubierta su cabeza por la corona y con amplia vestimenta de la época, situada sobre un gran pedestal al que rodeada una escalinata de tres pasos, realizados ambos por el marmolista habanero Don Juan Bautista Biasca. En la cara anterior del pedestal fue grabado el escudo de España y en la cara posterior el de la ciudad de La Habana, acompañados de una amplia inscripción por los cuatro lados.
Finalmente, en 1857, se bajó la pequeña estatua frente al Teatro de Tacón y fue demolido su pedestal, emplazándose en el lugar la nueva estatua, con pedestal y escalinata, la que fue inaugurada, en ceremonia solemne, el 19 de noviembre del propio año.
Unos años después se construyó un parterre frente al Café Escauriza, y el 7 de octubre de 1863 fue trasladada la estatua al centro de ese espacio, donde se mantuvo hasta la madrugada del 6 de enero de 1869, en que por órdenes del Capitán General Don Francisco Lersundi, fue bajada de su sitio, por haber sido proclamada la revolución en España que culminó con la caída de la monarquía borbónica. Depositada entonces en la Capilla de la Cárcel, permaneció allí olvidada hasta la restauración de los Borbones con la ascensión al trono de Alfonso XII, cuando fue restituida a su pedestal con gran solemnidad, dentro de los festejos que dedicó La Habana a dicho acontecimiento, el 24 de enero de 1875. En esa ocasión fue situada, junto con su escalinata, en el centro del Parque Central, donde hasta entonces había estado la Fuente de la India, que también retornó a su anterior ubicación.

Por último, el 12 de marzo de 1899, tras haber cesado la dominación española en la Isla, la estatua de Isabel II fue bajada por segunda vez, y enviada a los Fosos Municipales, de donde fue rescatada en 1903 por el Director del Museo de Cárdenas, Oscar de Rojas y Cruzat, para ser conservada en la referida institución.
Estatua de la Noble Habana, Fuente de la India
La estatua de la Noble Habana, llamada popularmente Fuente de la India, modelada en mármol de Carrara por el artita italiano Guiseppe Gaggini, fue erigida en enero de 1837, por iniciativa de Don Claudio Martínez de Pinillos, Conde de Villanueva, frente a la puerta principal del Campo Militar o Campo de Marte.

Con posterioridad situada al final de la segunda sección de la Alameda de Extramuros o Paseo del Prado. Consiste en la figura de una india que corona un soberbio pedestal por donde arrojan agua a una fuente elíptica hermosos delfines.
A lo largo de su historia la Fuente de la India sufrió algunos cambios de lugar y de posición, y en 1863, por acuerdo del Ayuntamiento, fue trasladada a un espacio que se estaba construyendo entre la calle de San Rafael y la Plazuela de Neptuno, o sea, en el centro del Parque Central, donde estuvo hasta 1875, cuando fue devuelta a su anterior emplazamiento.

Estatua de Cristóbal Colón
El 9 de enero de 1862 se colocó en el patio de la Casa de Gobierno una estatua pedestre de Cristóbal Colón, en mármol blanco, modelada el año de 1860 en Carrara, que había sido traída de Italia, y ofrecida al Ayuntamiento habanero en la cantidad de 4,000 pesos, por el escultor francés Philippe Garbeille, a quien en principio se consideró su autor, hasta que se estableció, por la firma que aparece al pie de la obra, que ésta se debía al escultor italiano J. Cucchiari.

Esta estatua, la primera levantada en Cuba a la memoria del Gran Almirante, fue trasladada el 6 de enero de 1869 al Parque Central, al quitarse del parterre donde se hallaba la de la reina Isabel II, a causa del derrocamiento de la dinastía borbónica, pero el 24 de enero de 1875, después que los Borbones quedaron restaurados en el trono español, ambas estatuas volvieron a sus primitivos emplazamientos.
Proyecto de monumento conmemorativo del Descubrimiento de América
El 26 de febrero de 1891, por Real Orden expedida por el Ministerio de Ultramar, se dispuso la convocatoria para la erección de dos monumentos en la ciudad de La Habana, uno en la Catedral, que sirviera de sepulcro a los supuestos restos de Colón que allí se hallaban, y el otro en el Parque Central, para conmemorar el Descubrimiento de América. Obtuvo el primer premio para la realización de este segundo monumento, ascendente a 100,000 pesos, el escultor sevillano Antonio Susillo, quien ya en marzo de 1892 tenía ejecutada en yeso, pendiente de su fundición en bronce por una casa francesa, casi la totalidad de su obra, y a quien se le fueron abonando partidas con cargo al importe del premio, hasta llegar, en julio de 1893, a la cifra de 40,000 pesos. No obstante, parece ser que los restantes 60,000 pesos no le fueron abonados al artista Susillo, lo que lo hizo llenar de amargura y desencanto, al extremo que terminó quitándose la vida.

En 1898, el monumento, aunque ya estaba terminado desde antes, no había sido enviado aún a La Habana, y los acontecimientos políticos en la Metrópoli, que llevaron al cese de la soberanía hispana sobre la Isla, hicieron que se cancelara la idea de su erección en el Parque Central habanero, y en definitiva, el monumento fue levantado en la ciudad española de Valladolid.
La encuesta del semanario El Fígaro
Al terminar la guerra de independencia no se hizo esperar la remoción de la estatua de Isabel II que se mantenía como símbolo de la dominación española en la isla.

Sin embargo al desaparecer esta quedó el pedestal vacío lo cual le comunicaba al parque un panorama poco agradable.

Para resolver esa situación, el semanario El Fígaro lanzó, en su edición del 30 de abril de 1899, una encuesta con la siguiente pregunta: “¿Qué estatua debe ser colocada en nuestro Parque Central?”, dirigida a distinguidos militares, políticos, escritores, poetas y otras personalidades del mundo intelectual cubano, figuras del antiguo autonomismo y miembros de la prensa española.
En siguientes ediciones, la encuesta se hizo extensiva también a todos los suscriptores del semanario, a la vez que se anunciaba la constitución de un jurado a cargo del escrutinio final, compuesto por Enrique José Varona, presidente, Diego Vicente Tejera, Gastón Mora, Ignacio Sarachaga y José María Collantes, secretario.

El 25 de mayo de ese año se reunió el jurado en la redacción de El Fígaro, y se procedió por el Secretario al recuento de los votos recibidos que cubrían una notable diversidad de proposiciones, obteniendo el mayor número de sufragios las diez siguientes:
La estatua del Apóstol José Martí, 375 votos.
Una estatua que simbolizara la Libertad, 371 votos.
La estatua de Cristóbal Colón, 184 votos.
La estatua de José de la Luz y Caballero, 123 votos.
Un grupo que representara a España, Cuba y los Estados Unidos, con 89 votos.
La estatua del Generalísimo Máximo Gómez, 84 votos.
La estatua de Carlos Manuel de Céspedes, 69 votos.
La del presidente de los Estados Unidos que firme la proclama de la independencia, 61 votos.
La de Cuba redimida por el soldado cubano, 44 votos.
La del Mayor General Antonio Maceo, 32 votos.
Estatua de la Libertad
La mencionada encuesta del semanario El Fígaro dio el triunfo a la estatua de José Martí para ser erigida en el Parque Central, pero en segundo lugar, por sólo cuatro votos menos, quedó una estatua que simbolizara la Libertad. Mientras se construía la del Apóstol, el pedestal quedaría vacío. Fue entonces que en 1902, con motivo de los festejos por la proclamación de la República, el 20 de mayo, el Alcalde habanero Perfecto Lacoste adquirió en los Estados Unidos, al precio de mil pesos, una estatua de calamina fundida, que representaba la Libertad.

Esta estatua, calificada como “un verdadero atentado al arte y al buen gusto”, tenía su brazo derecho en alto sosteniendo una antorcha con una bombilla que semejaba un sol, y en el izquierdo el escudo de los Estados Unidos. Fue emplazada en el pedestal vacío de la estatua de Isabel II, al unísono con la erección de los arcos triunfales que se hicieron en muchos lugares de la ciudad, por las fiestas del 20 de mayo y se mantuvo allí durante algún tiempo hasta que fue derribada por un ciclón.

El entonces Alcalde, Juan Ramón O’Farrill, convencido que no debía volver a ese sitio, la donó al Ayuntamiento de Güines, y quedó de nuevo vacío el pedestal hasta que fue finalmente derribado para ser sustituido por el monumento a José Martí.
Estatua de José Martí
Para dar cumplimiento al resultado obtenido por la encuesta de El Fígaro, al año siguiente, en 1900, un grupo de patriotas creó una comisión, presidida por el General Emilio Núñez, que se encargaría de hacer realidad la estatua del Apóstol José Martí. Esta fue encargada al escultor cubano José Vilalta de Saavedra, y para su financiamiento se realizó una suscripción pública, con la que se recaudaron unos 5,000 pesos, además de otras contribuciones del Ayuntamiento de La Habana, la Secretaría de Obras Públicas y algunos ciudadanos particulares.

Este monumento fue el primero de todos los que se han erigido en Cuba en honor al Apóstol. Fue hecho en mármol de Carrara y compuesto de pedestal, fuste y estatua. En la parte inferior del fuste aparecen varias figuras en alto relieve que representan a la Patria, al Ejército Libertador y a otros elementos del pueblo cubano, mientras en la parte superior, al frente, se observa en relieve el escudo de la República. Por su parte, la estatua reproduce la figura de Martí de pie, con su vestimenta habitual y el brazo derecho levantado, en actitud de hablar al pueblo.



En noviembre de 1904 colocó la primera piedra del monumento el Generalísimo Máximo Gómez y la inauguración oficial se celebró el 24 de febrero de 1905, al cumplirse diez años del inicio de la Guerra de Independencia. El monumento fue develado por el Presidente de la República Tomás Estrada Palma y entregado al Alcalde de La Habana por el General Emilio Núñez, presidente de la recién creada Asociación de Monumentos a Martí, en un acto en el que hicieron uso de la palabra el Generalísimo Máximo Gómez, Juan Gualberto Gómez, Horacio Rubens y José Dolores Poyo.

Después de una breve alocución de Gómez, se descorrió el velo del monumento por «el señor presidente de la República, a los acordes del Himno Nacional», quien también dijo unas breves palabras. Otros oradores subieron al podio durante el acto, al que asistieron Leonor Pérez, Carmen Zayas Bazán y Amelia Martí, y que concluyó cuando por iniciativa de Juana de Varona, hermana del general Bernabé Varona, Bembeta, se colocó en el pedestal del monumento un clavo de oro con la inscripción La hermana de Bembeta.
Eran las once y cuarto, y por la tarde todo estaba preparado para las tres y media, cuando miles de niños desfilarían frente a la estatua. Por la noche, el Parque Central habría de encenderse con sus bombillas y una banda de música concluir la jornada con una retreta.
Ya entonces los habaneros comenzaban a llamar Parque Central a la antigua Plaza de Isabel II, tal vez por imitación a su similar de Nueva York, y entre las curiosidades que distinguen a este lugar están las ocho tumbas simbólicas en forma de canteros o jardineras, con las cuales se rinde tributo a los estudiantes de Medicina injustamente fusilados por los colonialistas españoles, el 27 de noviembre de 1871.
En diferentes etapas, el monumento y el área del Parque Central donde se encuentra enclavado han sido objeto de restauración. En la actualidad este se encuentra rodeado por 28 palmas reales, en representación del día del nacimiento del Apóstol, el 28 de enero de 1853. El aspecto del parque, con su arbolado y sus bancos, sigue pareciéndose al que tenía cuando el monumento fue inaugurado.
*******
Hasta aquí el recuento que nos propusimos hacer. Solo nos queda incluir la relación de las imágenes que componen la galería adjunta. Serán estas las correspondientes a 19 tarjetas postales en que aparecen vistas del parque en sus diferentes etapas y la estatua del apóstol desde diferentes ángulos.
Listado de imágenes:
No.----Descripción
A-01----Tarjeta Postal: Habana, Parque Central - El hotel Inglaterra y el teatro Tacón
A-02----Tarjeta Postal: Habana, Parque Central y Hotel Inglaterra
A-03----Tarjeta Postal: Habana, Monumento a Martí
A-04----Tarjeta Postal: Habana, Parque Central
A-05----Tarjeta Postal: Habana, Parque Central
A-06----Tarjeta Postal: Habana, Parque Central, Teatro Payret
A-07----Tarjeta Postal: Habana, Parque Central, Hotel Inglaterra, Teatro Nacional
A-08----Tarjeta Postal: Hotel Inglaterra y Monumento a Martí
A-09----Tarjeta Postal: Parque Central, Habana
B-01----Tarjeta Postal: Monumento a Martí, Escudo Nacional, Bandera
B-02----Tarjeta Postal: Habana, Monumento a Martí
B-03----Tarjeta Postal: Estatua de Martí en el Parque Central
B-04----Tarjeta Postal: Estatua de Martí (vista frontal)
B-05----Tarjeta Postal: Habana, Estatua de Martí y Centro Gallego
B-06----Tarjeta Postal: Monumento a Martí
B-07----Tarjeta Postal: Monumento a Martí (Vista lateral)
B-08----Tarjeta Postal: Monumento a Martí con Capitolio al fondo
B-09----Tarjeta Postal: Monumento a Martí, Habana
B-10----Tarjeta Postal: Habana, Estatua de Martí