"LAS FICHAS AZUCARERAS DE LA ANTIGUA PROVINCIA DE CAMAGÜEY"

Texto
Galería Imagenes


Afirman los historiadores que el genovés Cristóbal Colón, en el transcurso de su primer viaje en 1492, fue informado por dos de sus hombres que en sus andanzas de reconocimiento habían encontrado un pueblo indio que llamaban Caonao, con más de trescientos bohíos y unos dos mil habitantes, por lo que decidió de inmediato explorar la costa norte y llegó así a la desembocadura de un río (el Máximo), en una de cuyas márgenes clavó una cruz y bautizó el lugar con el nombre de Puerto del Príncipe.

Esta fue la primera mención histórica de una extensa planicie que, luego de ser colonizada, constituyó la jurisdicción de Puerto Príncipe, y después la provincia de Camagüey, territorio que contaba, a la llegada de los españoles, con una capa vegetal fluctuante entre seis pulgadas y seis pies de espesor, variada en colores y propiedades. En las llamadas tierras negras había inmensos bosques maderables, ricos en caoba, cedro, majagua y otras especies preciosas, que luego fueron mermando con la explotación de la madera. En las tierras rojas prosperaban las frutas tropicales y los frutos menores, y fue en esos terrenos donde más tarde se sembró la caña de azúcar, que se daba allí fértilmente, como si ese hubiera sido su medio original. A su vez, las tierras delgadas, las más abundantes, eran tierras de pasto, extensos potreros cubiertos de yerba de guinea y otras plantas menudas, muy resistentes a las sequías, con las que se podía resolver la alimentación del ganado que, al crearse las primeras haciendas, fue introducido en grandes cantidades.

Fue por ello que, aunque desde el siglo XVII ya existían algunas colonias cañeras y trapiches, la provincia fue eminentemente ganadera, atendiéndose también otros cultivos como el trigo y el maíz, lo que hizo que el territorio fuera conocido con el apodo de ”potrero y granero de Cuba”.

La producción azucarera en la provincia fue siempre muy escasa. El historiador Jacobo de la Pezuela, en su Diccionario Geográfico, Estadístico, Histórico, de la Isla de Cuba, editado en 1863, menciona la existencia de 12 ingenios en la jurisdicción de Puerto Príncipe y otros tantos en la de Nuevitas, aunque un censo realizado en 1862 reporta un centenar de ingenios y trapiches, que abastecían a ambas jurisdicciones, “dejando un amplio margen para venta en otros lugares”. No obstante, estos deben haber sido, mayormente, pequeños trapiches de poca durabilidad, que fueron desapareciendo durante el período de la guerra del 68, pues años después, en 1884, cuando la industria azucarera se recuperaba de las afectaciones producidas por la contienda bélica e iba cobrando un auge creciente en el país, la provincia camagüeyana sólo contaba con 3 ingenios relativamente grandes en la región de Nuevitas, entre ellos el Senado, fundado en 1881, y El Recreo, más tarde llamado Congreso, el más antiguo pues ya existía en 1860, y que fue el primero que utilizó sacos de yute para envasar el azúcar, en lugar de las cajas y bocoyes que resultaban más costosos.

La llegada del ferrocarril abrió el camino para el desarrollo de la industria del azúcar en esta provincia, con la construcción de la línea entre Camagüey y Nuevitas y un ramal hacia Santa Cruz del Sur. En el norte, el cubano Melchor Bernal levantaba en 1891 el central Lugareño, y en el sur, en 1901, surgía el central Francisco, de los asturianos Manuel y Francisco Rionda. Posteriormente, la penetración de los intereses norteamericanos en la región dio lugar al establecimiento de nuevos centrales, administrados por compañías azucareras foráneas.

Fueron los Rionda, en el central Francisco, los primeros en establecer en la provincia camagüeyana el sistema de colonato que desde la liberación de los esclavos en 1878 había sido creado en el resto del país, y el cual representaba ganancias adicionales para los propietarios de ingenios. Colonos eran llamados aquellos que sembraban cañas en tierras propias o arrendadas a una segunda persona, y cuya cosecha, mediante un contrato, era entregada a un central cercano. Por su parte, a los dueños del central no les interesaba para nada la propiedad jurídica de la tierra, cuando en la misma fuera sembrada la caña que después molería su ingenio. En ese caso, para ellos resultaba lo mismo, en el aspecto económico, que si las tierras fueran de su propiedad.

Allí en Francisco existieron, en un momento dado, hasta 743 colonos, los cuales estaban clasificados por la empresa en colonos A, B y C. Como A eran considerados aquellos que sembraban caña en tierra propia; la B significaba aquellos que sembraban en terrenos del central; y la C a los que eran arrendatarios de otras personas o de una sucesión determinada. Tal clasificación era hecha a los efectos de la Ley de la Liquidación de las Cañas, que se realizaba al final de cada zafra, por la cual se le pagaban las cañas a los colonos agrupados en A en base a seis arrobas de azúcar por cada cien de caña entregada al central y por igual cantidad aportada al ingenio, mientras los clasificados como B y C recibían el pago sobre cinco y media arrobas de azúcar solamente.  

El ingenio liquidaba sus entregas a los colonos con moneda de curso legal, pero éstos no pagaban de igual forma a sus obreros, sino mediante fichas que sólo servían para circular en el área de la colonia cuyo propietario las acuñaba, el que lograba con este sistema mayores beneficios, pues el obrero que las recibía en pago de su trabajo se veía obligado a adquirir los productos que necesitaba para su subsistencia en la “ratonera” (la bodega de la colonia), al precio que el propio dueño fijaba. Este sistema de pago, siempre combatido por la clase obrera, prevaleció hasta bien avanzada la primera mitad del siglo veinte.

Por otra parte, la división del trabajo mediante el colonato trajo aparejada la demolición, en el país, de más de mil pequeños ingenios que se convirtieron en colonias tributarias de otros mayores, que con maquinarias más modernas y eficientes aumentaron notablemente su producción industrial, y que por ser los ingenios centrales de una zona o región determinada, adquirieron la denominación de “centrales”.
 

Resumiendo podemos afirmar que de todas las antiguas provincias cubanas fue Camagüey la que contó con menos desarrollo azucarero en el siglo XIX. Su extenso territorio, ideal para este tipo de cultivo fue dedicado más bien a la ganadería y a otros cultivos. Factores tales como su lejanía de la capital y la ausencia de líneas férreas que garantizaran el transporte del producto contribuyeron a ello. Así en la época de esplendor de las fichas azucareras, cuando en las provincias occidentales eran cientos los centrales en funcionamiento aquí no pasaban de una decena. Posteriormente, con el advenimiento del nuevo siglo y de la republica fueron surgiendo poco a poco grandes compañías que cambiaron dicho panorama trasladando hacia el oriente el desarrollo de esta industria. Sin embargo ya en esa época, como hemos visto en nuestra página de presentación de la sección, el uso de la fichas había ido desapareciendo por lo que esta es una de las provincias que menos piezas tiene en su colección.

Listado de imágenes que componen la galería de esta página:

No. -- Descripción

01a -- Anverso: Bartolomé Pons. Francisco. Provincia de Camagüey

01a-r -- Reverso: Vale por 5 en mercancías

01b -- Anverso: Bartolomé Pons. Francisco. Provincia de Camagüey

01b-r -- Reverso: Vale por 10 en mercancías

01c -- Anverso: Bartolomé Pons. Francisco. Provincia de Camagüey

01c-r -- Reverso: Vale por 10 en mercancías. (Contramarcada por la inscripción “C Día”)

01d -- Anverso: Bartolomé Pons. Francisco. Provincia de Camagüey

01d-r -- Reverso: Vale por 25 en mercancías

01e -- Anverso: Bartolomé Pons. Francisco. Provincia de Camagüey

01e-r -- Reverso: Vale por 25 en mercancías.(Contramarcada con la inscripción “M Día”)

  

02a -- Anverso: Carlos Arche. Francisco. Provincia de Camagüey

02a-r -- Reverso: Vale por 5 en mercancías

02b -- Anverso: Carlos Arche. Francisco. Provincia de Camagüey

02b-r -- Reverso: Vale por 10 en mercancías

02c -- Anverso: Carlos Arche. Francisco. Provincia de Camagüey

02c-r -- Reverso: Vale por 25 en mercancías

  

03a -- Anverso: Florencio F.Peraza. Colonia Fe

03a-r -- Reverso: Vale por 5 ¢

03b -- Anverso: Florencio F.Peraza. Colonia Fe

03b-r -- Reverso: Vale por 10 ¢

03c -- Anverso: Florencio F.Peraza. Colonia Fe

03c-r -- Reverso: Vale por 10 ¢

03d -- Anverso: Florencio F.Peraza. Colonia Fe

03d-r -- Reverso: Vale por 25 ¢

03e -- Anverso: Florencio F.Peraza. Colonia Fe

03e-r -- Reverso: Vale por 50 ¢

03f -- Anverso: Florencio F.Peraza. Colonia Fe (roseta de seis pétalos)

03f-r -- Reverso: Vale por un bulto (roseta de seis pétalos)

03g -- Anverso: Florencio F.Peraza. Colonia Fe (roseta de cuatro pétalos)

03g-r -- Reverso: Vale por una comida (roseta de  cuatro pétalos)

  

04a -- Anverso: Colonia La Esperanza. De Fanjul Risley y Co. Francisco. Cuba. 5 ¢

04a-r -- Reverso: Vale por 5 cents al comprador en efectos de cinco dollars

04b -- Anverso: Colonia La Esperanza. De Fanjul Risley y Co. Francisco. Cuba. 5 ¢

04b-r -- Reverso: Vale por 5 cents al comprador en efectos de cinco dollars

04c -- Anverso: Colonia La Esperanza. De Fanjul Risley y Co. Francisco. Cuba. 10 ¢

04c-r -- Reverso: Vale por 10 cents al comprador en efectos de cinco dollars

04d -- Anverso: Colonia La Esperanza. De Fanjul Risley y Co. Francisco. Cuba. 25 ¢

04d-r -- Reverso: Vale por 25 cents al comprador en efectos de cinco dollars

  

05a -- Anverso: Para la tienda de la Ca. Porvenir

05a-r -- Reverso: Cinco centavos. 5

05b -- Anverso: Para la tienda de la Ca. Porvenir

05b-r -- Reverso: Diez centavos. 10

05c -- Anverso: Para la tienda de la Ca. Porvenir

05c-r -- Reverso: Veinticinco centavos. 25

05d -- Anverso: Para la tienda de la Ca. Porvenir

05d-r -- Reverso: Cincuenta centavos. 50

  

06a -- Anverso: Colonia “Sitio Viejo”. Pagos quincenales

06a-r -- Reverso: Vale por media hora de trabajo. ½

06b -- Anverso: Colonia “Sitio Viejo”. Pagos quincenales

06b-r -- Reverso: Vale por una hora de trabajo. 1

06c -- Anverso: Colonia “Sitio Viejo”. Pogos quincenales

06c-r -- Reverso: Vale por cingo horas de trabajo. 5

  

07a -- Anverso: Colonia Yamaqueyes. Anticipo. 5 ¢. Roque Piña

07a-r -- Reverso: Central Francisco. Camagüey

07b -- Anverso: Colonia Yamaqueyes. Anticipo. 10 ¢. Roque Piña

07b-r -- Reverso: Central Francisco. Camagüey

07c -- Anverso: Colonia Yamaqueyes. Anticipo. 25 ¢. Roque Piña

07c-r -- Reverso: Central Francisco. Camagüey

07d -- Anverso: Colonia Yamaqueyes. Anticipo. 50 ¢. Roque Piña

07d-r -- Reverso: Central Francisco. Camagüey

07e -- Anverso: Colonia Yamaqueyes. Anticipo. 1 $. Roque Piña

07e-r -- Reverso: Central Francisco. Camagüey

  

08a -- Anverso: Varona & Co. Central Lugareño. Cuba

08a-r -- Reverso: Vale por 0.05 cts efectos

08b -- Anverso: Varona & Co. Central Lugareño. Cuba

08b-r -- Reverso: Vale por 0.10 cts efectos

  

09a -- Anverso: Ingenio Central El Recreo. Congreso

09a-r -- Reverso: Bernal y Sánchez. Vale 50 centavos

09b -- Anverso: Ingenio Central El Recreo. Congreso

09b-r -- Reverso: Bernal y Sánchez. Vale 1 peso oro

  

10a -- Anverso: (Imagen de un central). Central Senado

10a-r -- Reverso: Bernabé Sánchez Adán. 5

10b -- Anverso: (Imagen de un central). Central Senado

10b-r -- Reverso: Bernabé Sánchez Adán. 10

  

11a -- Anverso: (Imagen de un central). Central Senado

11a-r -- Reverso: Alvaro Sánchez. 5

11b -- Anverso: (Imagen de un central). Central Senado

11b-r -- Reverso: Alvaro Sánchez. 10

11c -- Anverso: (Imagen de un central). Central Senado

11c-r -- Reverso: Alvaro Sánchez. 20

  

12a -- Anverso: Violet Sugar Co. Tienda. Cuba

12a-r -- Reverso: Despache 1 ¢ mercancías

12b -- Anverso: Violet Sugar Co. Tienda. Cuba

12b-r -- Reverso: Despache 2 ¢ mercancías

12c -- Anverso: Violet Sugar Co. Tienda. Cuba

12c-r -- Reverso: Despache 5 ¢ mercancías

12d -- Anverso: Violet Sugar Co. Tienda. Cuba

12d-r -- Reverso: Despache 10 ¢ mercancías

12e -- Anverso: Violet Sugar Co. Tienda. Cuba

12e-r -- Reverso: Despache 20 ¢ mercancías

12f -- Anverso: Violet Sugar Co. Tienda. Cuba

12f-r -- Reverso: Despache 50 ¢ mercancías