"VIEJAS TARJETAS POSTALES DE SANCTI SPIRITUS Y TRINIDAD"
Dedicaremos esta página a las ciudades más importantes de la actual provincia de Sancti Spíritus, entre las que destacan su ciudad capital de igual nombre y Trinidad, tratando de recrear su pasado a través de las tarjetas postales que le fueron dedicadas en las primeras décadas del siglo pasado.
A pesar de estar entre las más antiguas y pintorescas del país, no se cuentan estas ciudades entre las más abordadas por las emisiones postales de esa primera época. Se debe ello a razones tales como el decrecimiento en que había caído la zona tras la desaparición de las fábricas azucareras que poblaron el próspero Valle de los Ingenios a mediados del siglo XIX, su aislamiento de la capital al estar localizadas en una zona intrincada al sur de las montañas del Escambray y el poco interés turístico que despertaban por entonces. Fue más bien ya entrado el siglo que algunos estudios de la zona emitieron series fotográficas que nos muestran imágenes de sus edificaciones, plazas y calles más importantes, las cuales en realidad no han cambiado mucho con el tiempo pues son estas ciudades que han mantenido su carácter colonial sin grandes modificaciones.
Veamos a continuación una pequeña reseña sobre la rica historia y características de ambas:
SANCTI SPIRITUS
Sancti Spíritus fue la cuarta población cubana fundada por el Adelantado Diego Velázquez de Cuellar, quien en persona, secundado por Juan de Grijalva, Francisco Hernández de Córdova, Gonzalo de Sandoval, Vasco Porcallo de Figueroa y otros colonizadores, asentó la Villa en la provincia taína de Magón, en un día no determinado del mes de marzo (según el historiador local Manuel Martínez Moles) de 1514. Como era usual, y así había sido en las anteriores fundaciones, dijo la primera misa el Padre Bartolomé de las Casas.
El primer Alcalde conocido de aquellos tiempos lo fue Juan Velázquez de León, pariente del Gobernador de la Isla; no obstante, le discutió la autoridad y el mando en representación de la comunidad (núcleo formado por una veintena de pobladores) el capitán Hernán López, quien pereció en resistencia heroica, engarzado en la daga de Porcallo. Quizás en la historia del continente, sean esos hechos el movimiento revolucionario inicial y más antiguo.
La villa tuvo su primer emplazamiento en las orillas del río Tuinicú, por el camino de Puerto Príncipe, al Este de la ciudad actual, y en 1522 se verificó su traslado (según dice una crónica, a causa de una plaga de hormigas bravas que molestaban a los pobladores y arruinaban sus campos) hacia las márgenes del río Yayabo, partiendo más o menos del sitio que ocuparía la Iglesia Parroquial Mayor, y de Sur a Norte hubo de comenzar aquella fabricación tosca e irregular.
La vida de Sancti Spíritus, quieta y santa, salpicada del resonar de bronces religiosos, con ese marasmo de los pueblos aprisionados en lo ideal y en lo material, fuera de las tres invasiones piráticas sufridas en 1665, 1667 y 1719, así como de varios incendios, corrió lentamente a través de las centurias, y a pesar de su posición geográfica, lejos del mar, creció gracias a su fácil comunicación con poblaciones vecinas. En 1842 tuvo Tenencia de Gobierno, y por Real Orden de 12 de mayo de 1867, recibió el título de Ciudad.
Casi nada se conoce sobre la construcción de las primeras iglesias en Sancti Spíritus, pues los documentos municipales y parroquiales hasta el siglo XVII, y aun después, fueron destruidos por los ya mencionados saqueos de piratas y corsarios, por la furia de la naturaleza y por las llamas de los incendios que hacían pasto en los papeles y las maderas. Los datos históricos empiezan en el siglo XVIII, con algunas referencias o alusiones en los libros de Ayuntamientos sobre ermita e iglesias que, sin duda, ya existían, pero sobre las cuales no se sabe la fecha en que fueron erigidas.
La Iglesia Parroquial Mayor, de la que solo es sabido que en 1607 hubo en ella un bautizo y que en 1680 era de teja y ladrillo, fue reconstruida en la siguiente centuria en la forma en que hoy se ve. En 1716 se construyó el Convento de San Francisco de Asís, en el que se hospedaron franciscanos ilustrados y amantes de la enseñanza, la que brindaron a no pocos jóvenes espirituanos que llegaron a ser más tarde figuras relevantes de la ciudad. La Ermita de Santa Ana se fundó en 1721; la de La Caridad en 1727 y el Hospicio de Jesús Nazareno en 1736. En 1755 la Ermita de La Caridad se convirtió en auxiliar de la Parroquial Mayor; en 1774 se construyó en el convento de los Franciscanos, anexa a la iglesia, la segunda nave para sala de la Tercera Orden franciscana; y en 1790 se construyó una ermita dedicada al Santo Cristo de la Veracruz. Este es, a grandes rasgos, el origen de las ermitas e iglesias fundadas en la ciudad, en el siglo XVIII, por la fe religiosa de sus habitantes.
El desarrollo y aumento de la población de Sancti Spíritus y su progresivo refinamiento en sus hábitos y costumbres obligaron a proveerse de los medios adecuados para su mejor desenvolvimiento. Entre esos medios, el más fundamental era el agua en abundancia, de la que se surtía la población por medio de un servicio público que se hacía en botijas puestas en serones o angarillas de bejucos y cargadas generalmente en borricos o mulos. El agua se vendía al precio de cinco centavos por cada cuatro botijas. En 1856 hubo varios proyectos de construcción de un acueducto, uno de ellos presentado por don Francisco Fernández Corredor, que proponía realizar la toma de agua del río Yayabo, inmediato a la ciudad, y del arroyo del Monte. El Ayuntamiento dio la concesión a Fernandez Corredor y la obra fue emprendida de inmediato, y aunque sufrió algunas demoras, fue terminada y puesta al servicio público el 6 de mayo de 1870. Se colocaron cuatro fuentes públicas en lugares adecuados para las necesidades de la población y, además, se puso un servicio de grandes pipas para la distribución a domicilio por un precio módico, a razón de ocho cubos por cinco centavos. Con posterioridad, el acueducto fue ampliado para responder a la alta cultura y refinamiento de una sociedad tan adelantada como era ya en esa fecha la espirituana.
Sancti Spíritus tuvo poca fortuna, durante el siglo XIX, para su comunicación por ferrocarril. En 1859 le fue hecha una concesión a don Modesto del Valle para construir una vía férrea de la ciudad al Estero de Tunas, en la costa sur de la provincia, obra que se terminó y fue inaugurado el servicio público en enero de 1863. Otros planes se produjeron para unir a Sancti Spíritus con Trinidad, Remedios y Santa Clara, pero ninguno pudo realizarse hasta la construcción, en 1902, del llamado Ferrocarril Central, ejecutado por el canadiense William Van Horne, que tiró un ramal de Sancti Spíritus a Zaza del Medio, el cual, años después, se continuó hasta Taguasco, mientras por otras vías la ciudad se unía a otros pueblos de la provincia. Así recibió la ciudad el aliento necesario para que sus hijos pudieran desarrollar el espíritu industrial que les dio en aquellos tiempos el primer lugar como centro de riqueza pecuaria entre sus hermanos villareños.
Hasta el año de 1712 no existió hospital en Sancti Spíritus, y este fue obra, en esa fecha, del sacerdote don Silvestre Alonso, con el nombre de Hospital San Juan de Dios. Después fue fundado el Hospital San Francisco de Paula por el presbítero don Gregorio Quintero en 1831, y más tarde, en 1857, era creada la Casa de Beneficencia, sostenida con donaciones hechas por personas caritativas, y que por la irregularidad de sus fondos llevaba una vida lánguida, hasta que en 1863 se hicieron cargo del establecimiento las monjas del Sagrado Corazón de Jesús. Estos fueron, además de un par de asilos para niños desvalidos, los principales centros benéficos que tuvo la ciudad hasta fines de la centuria. En 1885, el Hospital San Francisco de Paula se refundió con el San Juan de Dios, y continuó su función sanitaria hasta 1895, en que fue convertido en cuartel del ejército español. Sin embargo, al producirse la intervención de los Estados Unidos, el gobierno militar rehabilitó la institución, y al instaurarse la República, en 1902, el establecimiento quedó bajo la administración directa del gobierno cubano y recibió el nombre de Hospital del Estado.
Los pobladores de Sancti Spíritus no pudieron disfrutar de un verdadero teatro hasta 1839. Un año antes era Alcalde Primero el bachiller don Francisco María Ramírez, uno de los funcionarios al que, con mucha gratitud, recuerdan los anales de la ciudad. Hombre ilustrado, se dio a la tarea de construir un teatro de acuerdo con las necesidades de la sociedad espirituana, y reunido con un grupo de hombres ilustres locales, se acordó promover una suscripción popular, para lo cual se fundó una sociedad anónima con acciones de cincuenta pesos cada una, así como que el teatro se fabricaría junto al puente del río Yayabo, como así se hizo. La obra se comenzó en agosto de 1838 y se concluyó en julio de 1839, recibiendo el nombre de Teatro Principal. Cuando la edificación estuvo bastante adelantada, se aprovecharon sus partes medio terminadas para realizar exhibiciones y funciones con el fin de levantar fondos. Un ejemplo de honestidad fue el Alcalde Ramírez, que llevó una cuenta minuciosa de los pagos hechos por todos los conceptos, por la cual se sabe que el costo total de la obra fue de $11,285.30.
Antes de su inauguración, el Ayuntamiento dispuso que los arquitectos municipales certificaran sobre la seguridad y firmeza del edificio, para evitar hundimientos o derrumbes que pudieran causar daño en la salud pública. Así logró tener Sancti Spíritus un gran teatro que contenía doscientas lunetas y treinta y tres palcos, además de oficinas para los empleados y la administración. Por allí pasaron excelentes compañías dramáticas y líricas, y llegó, de este modo, a competir con las ciudades hermanas de la provincia.
En 1817 se construyó el puente de piedra sobre el río Yayabo, que conjuntamente con el edificio de la Iglesia Mayor y sus portales, y el viejo Teatro Principal, constituye hoy el rincón más romántico y evocador de la ciudad.
En los tiempos republicanos de la primera mitad del siglo XX, la ciudad, ya retocada en su ornato, con nuevos edificios, especialmente frente al Parque Serafín Sánchez, y alentada con la inyección de savia emprendedora por el trasiego de hombres y costumbres, a través del ramal del Ferrocarril de Cuba, la línea Norte, que corre hacia el barrio de Bellamota, y por la Carretera Central, que penetra en el interior urbano, daba cabida a una población de 40 mil habitantes.
La mayor riqueza del término tiene su predominio en la agricultura. Sus tierras feraces y dilatadas se hallan casi todas cultivadas por la mano del hombre y se destacan los potreros o pastos de ganado, las plantaciones de caña, las vegas de tabaco y los frutos menores. Hacia las montañas del Oeste florecen cafetales. Existían, en la primera mitad del siglo XX, cuatro centrales azucareros: Tuinicú, Amazonas, Natividad y La Vega. En las proximidades de la ciudad se hallan fábricas de queso, mantequilla y leche condensada, plantas de hielo, industrias refresqueras, licoreras y tasajeras, fábricas de tabacos, tostaderos de café, tejares, fundiciones, alfarerías y otras más.
TRINIDAD
La Villa de la Santísima Trinidad, la tercera población de la Isla, fue fundada en el mes de enero de 1514 por el Adelantado don Diego Velázquez de Cuellar, en la comarca taína de Guamuhaya, al sur de la región central de Cuba, teniendo como testigos de aquel acontecimiento al fraile Bartolomé de las Casas y varios de sus hombres, entre ellos, los capitanes Pánfilo de Narváez, Pedro de Alvarado, Francisco Hernández de Córdoba y Vasco Porcallo de Figueroa.
Al constituirse su Ayuntamiento, en la forma acostumbrada en la Metrópoli, fue nombrado su primer Gobernador, el Capitán Francisco Verdugo, cuñado de Velázquez, y con posterioridad ocuparon también dicho cargo Hernán López, Gonzalo de Sandoval y Vasco Porcallo de Figueroa, este último poseedor de inmensas haciendas y ricas encomiendas en el territorio, y fundador de la villa de Remedios.
Poco después, en 1518, llegó a las playas trinitarias la armada conducida por Hernán Cortés, con la cual partiría luego para realizar la conquista de México. En Trinidad se le unieron Pedro de Alvarado, Gonzalo de Sandoval y otros conquistadores, mientras Porcallo de Figueroa abastecía las naves con productos de sus haciendas y, además, regaló a Cortés los caballos de batalla que necesitaba su empresa.
Los primitivos trinitarios, además se laborar en algunas minas que se descubrieron en las cercanías de la ciudad, se dedicaron a la agricultura y a la crianza de ganado de todas clases. De esta industria nació el comercio que se hacía por medio de las naves que iban y venían del continente, recalando en la boca del río Guaurabo o en la bahía de Casilda.
En 1526 un formidable huracán arrasó la villa destruyendo todas sus edificaciones y hundió en la bahía de Casilda un navío enviado por Pánfilo de Narváez para recoger bastimentos ofrecidos por Vasco Porcallo de Figueroa. Los pocos habitantes de la naciente villa que sobrevivieron al desastre quedaron sin hogar y sin provisiones, pues todas las siembras y ganados desaparecieron en la tormenta. Sin embargo, el espíritu emprendedor y laborioso de aquellos sencillos hombres logró, en cierto tiempo, reconstruir la población, que al finalizar aquella centuria contaba con 150 habitantes.
El año de 1610 fue muy importante para la villa, pues fue en esa fecha cuando se comenzó a cultivar el tabaco en el territorio trinitario, fomentándose las primeras vegas a orillas del río de Ay y el Arimao.
En 1642, 1654 y 1702 fue atacada la Villa por piratas ingleses, dando lugar a la formación de contingentes de milicianos que les hicieron frente, logrando obtener, en las dos primeras ocasiones, sendas victorias, pero en la tercera el triunfo correspondió a los invasores, que saquearon la población, lo cual dio lugar a que el Capitán General de la Isla dispusiera la fortificación de la plaza y el puerto de Casilda, medida muy oportuna, pues poco tiempo después un nuevo ataque de piratas procedentes de Jamaica fue rápidamente rechazado.
. En 1797 la villa recibió el título de Ciudad, eligiendo como Gobernador a Luis A. Bassecourt, a la vez que se le concedió el título de Muy Ilustre Ayuntamiento y el Pendón de Castilla. Algunos años después, en 1827, la Isla fue dividida en tres departamentos, correspondiendo a Trinidad ser Capital del Departamento Central, con el Capitán Miguel de la Tapia de Cataleri, como Gobernador.
Las comunicaciones entre Trinidad y el resto de la Isla se limitaban, en el siglo XIX, al tráfico de los vapores de cabotaje de la empresa de Antinógenes Menéndez, provenientes de Batabanó, Cienfuegos y Santiago de Cuba, que recalaban en el puerto de Casilda cada ocho días, si el mar y los vientos lo permitían. Pero al conocerse la noticia del establecimiento del ferrocarril en la Isla, dos de los prominentes trinitarios, don Justo Germán Cantero y el Conde Brunet se unieron en la idea de tener un ferrocarril que llevara al interior de la Isla sus variados productos, y para ello, según el propósito de Cantero, unir su finca de Güinía de Miranda con Trinidad, Sancti Spíritus y el puerto de Casilda. Al aprobarse su proyecto, el tramo entre la ciudad y dicho puerto fue inaugurado el 5 de junio de 1856, y se continuaron los tramos que llegaban hasta poco más allá del ingenio de Manacas, pero allí se detuvo la empresa, y después, por los inconvenientes provocados por las guerras, los trabajos quedaron definitivamente suspendidos. No fue hasta los tiempos republicanos, que con la obra ferroviaria de William Van Horne pudo concluirse aquel proyecto acariciado durante más de medio siglo y así, en marzo de 1919, quedó finalmente Trinidad comunicada por ferrocarril con el resto de la Isla.
Las incursiones piráticas sufridas en Trinidad fueron la causa principal de la destrucción de los documentos municipales y de escribanías, con la excepción de los libros parroquiales que recogían los asientos de los actos del estado civil de las personas, en los cuales existen inscripciones desde 1585. Esos libros eran puestos siempre bajo la custodia de sacerdotes responsables y conscientes de sus deberes, que los defendieron contra la obra destructora del tiempo, de los insectos y de la mano del hombre. Sin embargo, los archivos de Sancti Spíritus proporcionan mucha luz sobre la historia de Trinidad en muchos aspectos. Por ellos se conoce que antes de 1545 había iglesia en Trinidad, pues en esa fecha, con motivo de la escasa población de Trinidad, la autoridad suprema eclesiástica de La Habana dispuso que los ornamentos religiosos para el ejercicio del culto fueran trasladados a Sancti Spíritus. También dan noticias esos archivos sobre el origen de las iglesias trinitarias. Por ello se conoce que la original iglesia parroquial era muy anterior al año 1585 en que funcionaba a plenitud en el ejercicio de su ministerio, así como que los Padres Franciscanos se instalaron en Trinidad en el siglo XVI y establecieron su convento en una casa de recios muros, frente a una explanada, en la calle del Guaurabo esquina a Gutiérrez.
El Convento de San Francisco tuvo a su lado, desde 1731, la iglesia del mismo nombre, que fue parroquia mayor hasta el año de 1892 en que se trasladó el culto a la recién terminada Iglesia de la Santísima Trinidad. En 1895 fue convertido en cuartel del ejército español hasta 1898, y luego, debidamente restaurado, pasó a ser un centro escolar.
La Ermita, luego Iglesia, de Santa Ana derivó su erección de una capellanía fundada por el Alcalde Provincial, don Juan Vázquez, cuya esposa, doña Mariana Domínguez, declaró en 1724 que su difundo esposo y ella habían donado una casa y un solar con la condición de hacerla de tejas, ya que en esa fecha era de guano, y colocar en ella una imagen de Nuestra Señora de Santa Ana. Este templo resultó bastante dañado por ciclones, pero fue restaurado, con su propio caudal, por el Padre Hernández de Rivera, recordado sacerdote siempre atento a todo lo histórico de Trinidad.
Por su parte, la Iglesia de la Santísima Trinidad tuvo su origen en el siglo XVIII, pero en 1814 fue demolida por estar su edificación en muy mal estado. Después fue reconstruida por obra y gracia del Obispo de La Habana, Fray Jacinto María Martínez y Sáez y del sacerdote, de venerable memoria entre los trinitarios, Francisco Leza y Cenzani. El Obispo tuvo la feliz idea de levantar en el sitio de la anterior una iglesia digna del rango que ya tenía la ciudad de Trinidad y trazó él mismo las líneas fundamentales de la obra, aportando para ella cuantiosas sumas de su propio peculio. Junto con el Padre Leza inició la obra en 1865, pero tuvo grandes dificultades durante muchos años, hasta que en 1890, estando la obra casi paralizada desde hacía tiempo, pero bastante próxima a su terminación, llegó a Trinidad, como párroco, el Padre Manuel González Cuervo, rancio español, que había sido prisionero de Ignacio Agramonte y estuvo a punto de ser ahorcado, pero dialogando con el Mayor General logró cancelar su ejecución y por último ser liberado. Este voluntarioso sacerdote asumió de inmediato la dirección de la obra y logró llevarla a su conclusión, siendo inaugurada, con una fastuosa ceremonia, el 15 de febrero de 1892.
Hasta 1828, Trinidad no tuvo algo que se pudiera llamar un teatro, aunque se hacían representaciones en los patios de las casas grandes y en solares adecuados cubiertos con toldos. En ese año, en el cruce de las calles de Colón, Gloria y Callejón de la Cañada, se levantó el primer teatro que tuvo Trinidad. Lo formó la conocida actriz de aquellos años, doña Manuela Molina, que había actuado en Madrid y en La Habana, y residente en Trinidad, formó con otros artistas la que se llamó “Compañía de Artistas Cómicos”. La primera función se efectuó el 2 de septiembre de 1828, con la presencia del Gobernador de la provincia de Las Villas, don Miguel Domínguez de Guevara. Este teatro, que tuvo buena fortuna en su negocio, fue destruido por un terrible ciclón en 1837. Dos años después se levantó otro en la calle Chinchiquirá, cerca de la Plaza Mayor (actual Parque Céspedes) que llevó el nombre de Teatro Provisional, que abrió sus puertas el 24 de julio de 1839, para festejar el santo de la Reina española, doña María Cristina, con una compañía artística en la que figuraban grandes iniciadores del teatro nacional, como Amalia y Carlota Armenta, Juana Diez y José, Daniel y Francisco Robreño.
En aquellos años, Trinidad era una sociedad pujante, rica y de gran refinamiento social, que, al decir de Pezuela, no tenía más rival que La Habana. Por tanto, la ciudad no se satisfizo con los teatros a medias de que disponía, y un grupo de relevantes trinitarios, presididos por el Conde don Nicolás de la Cruz Brunet, reunió capital y pidió autorización para construir un teatro más acorde con el prestigio de la ciudad. El permiso fue concedido en octubre de 1839 y de inmediato se inició la edificación de un gran coliseo, digno de figurar entre los mejores del país, que recibió el nombre de Teatro Brunet, en honor a su principal promotor. Fue inaugurado en los últimos días de diciembre de 1840, con la actuación de una discreta compañía de aficionados, mas luego pasaron por su escenario grandes actores y actrices, y se aprovechó también para la celebración de bailes públicos y reuniones del partido autonomista. Pero después, al llegar la guerra, sufrió las mismas peripecias y miserias que el resto de la ciudad, y poco a poco se fueron deteriorando sus instalaciones interiores. En 1895, casi inservible, fue cerrado, y en 1900 estaba ya en ruinas.
La vida económica de Trinidad se concentró desde sus primeros tiempos en la agricultura, en especial el cultivo de la caña de azúcar, y la cría de ganado, principalmente vacuno. De allí sacó no pocos bastimentos de boca y guerra Hernán Cortés en sus últimos preparativos para la expedición a México. Hasta principios del siglo XVIII la villa se mantenía con la explotación de carnes y cueros, y por sus costas realizaba con los contrabandistas de Jamaica y Tierra Firme un comercio ilícito que fue causa del enriquecimiento de Trinidad y de su bienestar material entre 1760 y 1800. Por su parte, las plantaciones y los ingenios azucareros proliferaron ampliamente con el sistema esclavista. Ya en 1797 contaba la región trinitaria con 56 fábricas de azúcar y 11 697 esclavos. Las tierras llanas de los alrededores de Trinidad comenzaron a ser conocidas como “el Valle de los Ingenios”.
Con la expansión del comercio florecieron también las artes y las ciencias. El Barón Alejandro de Humboldt visitó Trinidad y estudió la fauna y la flora locales. Se fundó la primera imprenta; circuló el primer periódico, y se abrieron escuelas de idiomas, música y danza, así como talleres de orfebrería y comercios de toda clase de artículos. Sin embargo, en poco tiempo, este esplendor se derrumbó, al no poder competir la producción azucarera trinitaria, basada en el trabajo esclavo, con las nuevas tecnologías derivadas de la Revolución Industrial. Los grandes productores de azúcar de caña perdieron terreno en el mercado mundial y terminaron con la ruina en la segunda mitad del siglo XIX. Los ingenios fueron desapareciendo y en la siguiente centuria, en el otrora floreciente “Valle de los Ingenios” solo quedaba una fábrica de azúcar: el Central Trinidad.
El colapso del comercio y la industria azucarera, base fundamental de la economía trinitaria, fue un factor determinante en la conservación de las características coloniales de la ciudad, dado oque el ritmo de las construcciones prácticamente se detuvo, sobre todo en el casco histórico. Por eso Trinidad es hoy una de las pocas ciudades latinoamericanas que han conservado su entorno arquitectónico y urbano original, sin haber sufrido modificaciones sustanciales.
Las construcciones trinitarias combinan el estilo neoclásico con detalles del barroco y el rococó adaptados al trópico. El trazado de las calles se ejecutó con arreglo a la necesidad de aprovechar al máximo la sombra y la frescura durante las horas diurnas. Para las calles se utilizaron piedras ligeras pero muy resistentes, de variadas formas y tonalidades, con un declive hacia el centro para facilitar la circulación del agua procedente de las lluvias. Estas calles empedradas son una de las características más atractivas de la ciudad. Otros aspectos típicos son los techos formados por hileras simétricas de tejas que coronan desde las mansiones señoriales hasta las humildes viviendas, y las rejas que constituyen un interminable muestrario de encajes de hierro, puestos de moda a comienzos del siglo XIX. Todo ello le da a Trinidad una apariencia muy particular.
INDICE DE SANCTI SPIRITUS-TRINIDAD
SANCTI SPIRITUS
A – Vistas generales
B – Parques y plazas
C – Calles y paseos
D – Puentes y ríos
E – Iglesias y conventos
F – Hoteles
G – Otros edificios
H - Otros sitios de interés
J – Otros pueblos
Fomento
Cabaiguán
Tuinicú
Zaza del Medio
TRINIDAD
M – Vistas generales
N – Parques y plazas
O – Calles y paseos
P – Puentes y ríos
Q – Monumentos
R – Iglesias
S – Otros edificios
T – Otros sitios de interés
U – Topes de Collantes
X – Otros pueblos
Casilda
Playa María Aguilar
Listado de imágenes que componen la galería de esta página:
No. -- Descripción -- Emisión
A-01 -- Sancti Spíritus, Cuba. Vista panorámica -- T. Schwidernoch. Vienna-Hacking (Austria) Europa – No. 8961
A-02 -- Parte Sur de Sancti Spíritus -- Indeterminada
B-01 -- Parque Serafín Sánchez, Sancti Spíritus -- El Nuevo Jardín – German Carus
B-02 -- Parque Serafín Sánchez – Sancti Spíritus -- Indeterminada
B-03 -- Sancti Spíritus, Cuba. – Plaza de Serafín Sánchez -- T. Schwidernoch. Vienna-– No. 8967
B-04 -- (Imagen del Parque Serafín Sánchez) -- Indeterminada
B-05 -- Parque Serafín Sanches. Sti. Sptus. Cuba -- Indeterminada
B-06 -- Parque Serafín Sánchez – Sancti Spíritus Cuba -- …A L. Foto
B-11 -- Parque Maceo – Sancti Spíritus -- Indeterminada
B-12 -- Sancti Spíritus. Cuba. Parque Maceo -- T. Schwidernoch. Vienna-Hacking (Austria) Europa – No. 8963
B-16 -- Plaza de la Carid (sic). Sancti Spíritus -- Indeterminada
B-17 -- Parque á Igleciala (sic) Caridad – Sancti Spíritus -- Indeterminada
C-01 -- Calle de Sancti Spíritus -- Published by Harris Bros. Co., Habana – No. 37
C-04 -- Sancti Spíritus, Cuba. Calle de M. Gómez y Parque Maceo -- T. Schwidernoch. Vienna-
C-07 -- Torneo de bisicletos (sic) en la calle Honorato – St. Spíritus -- El Trabajo. Independencia 56. Sancti Spíritus
C-10 -- Paseo del Norte. Sancti Spíritus -- Indeterminada
C-13 -- Paseo de Colón, Sti. Spíritus, Cuba -- Indeterminada
D-01 -- Puente. Sancti Spíritus, Cuba -- Published by Harris Bros. Co., Habana – No. 39
D-02 -- Puente Jayabo (sic). Sancti Spíritus -- Indeterminada
D-03 -- Sancti Spíritus, Cuba. Puente Yayabo, Teatro e Iglesia -- T. Schwidernoch. Vienna-Hacking (Austria)
D-04 -- Sancti Spíritus. Puente sobre el río Yayabo -- Indeterminada
D-05 -- Puente Yayabo. Sancti Spíritus. Cuba -- Indeterminada
D-07 -- Puente y Balneario Público – Sancti Sptus. -- Indeterminada
E-01 -- Sancti Spíritus, Cuba. Iglesia Parroquial -- T. Schwidernoch. Vienna-Hacking (Austria) Europa – No. 8968
E-04 -- Sancti Spíritus. Iglesia la Caridad -- T. Schwidernoch. Vienna-Hacking (Austria) Europa – No. 8964
F-01 -- Hotel Plaza. Sancti Spíritus -- Indeterminada
F-04 -- Hotel “Perla de Cuba” Sti-Spíritus – Cuba -- Indeterminada
F-05 -- (Imagen del Hotel Perla de Cuba) -- Indeterminada
G-01 -- Hospital del Estado. Sancti Spíritus -- Indeterminada --
G-04 -- Matadero Municipal. Sancti Spíritus -- Indeterminada
G-07 -- El Nuevo Jardín. Popular Casa de Sancti Spíritus -- El Nuevo Jardín –German Carus
G-10 -- Sancti Spíritus, Cuba. Joyería “El Rubí” -- T. Schwidernoch. Vienna-Hacking (Austria) Europa – No. 8942
G-13 -- Fábrica Refresco Red Rock Cola. Sti. Spíritus, Cuba -- Indeterminada
H-01 -- Sancti Spíritus, Cuba. Acueducto -- T. Schwidernoch. Vienna-Hacking (Austria) Europa – No. 8966
H-02 -- Soma (sic) del Acueducto. Sancti Spíritus -- Indeterminada
H-03 -- El Parque del Acueducto, Sancti Spíritus -- Pub. by The Cuba Railroad Co. – No. 43
H-06 -- La Esmeralda. Sancti Spíritus -- Indeterminada
J-01 -- Calle Céspedes. Fomento, Cuba -- Foto Paco – No. 7
J-02 -- Calle Céspedes. Fomento, Cuba -- Foto Paco – No. 15
J-03 -- Calle Máximo Gómez. Fomento, Cuba -- Foto Paco – No. 19
J-04 -- Calle Martí. Fomento, Cuba -- Foto Paco – No. 20
J-05 -- Iglesia Metodista. Fomento, Cuba -- Foto Paco – No. 6
J-06 -- Sociedad ‘Liceo’. Fomento, Cuba -- Foto Paco – No. 1
J-07 -- ‘Teatro Baroja’. Fomento, Cuba -- Foto Paco – No. 4
J-08 -- Logia Masónica. Fomento, Cuba -- Foto Paco – No. 5
J-09 -- Policlínica ‘La Salud’. Fomento, Cuba -- Foto Paco – No. 2
J-10 -- Estación Ferrocarril. Fomento, Cuba -- Foto Paco – No. 9
J-11 -- Cuartel Guardia Rural. Fomento, Cuba -- Foto Paco – No. 10
J-12 -- Kiosko ‘Requejo’. Fomento, Cuba -- Foto Paco – No. 16
J-13 -- Chalet. Fomento, Cuba -- Foto Paco – No. 12
J-14 -- Chalet. Fomento, Cuba -- Foto Paco – No. 13
J-16 -- Peñon de Fomento. Trinidad. Cuba -- Foto Santana – No. 59
J-20 -- Paseo Méndez. Cabaiguán. -- Indeterminada.
J-25 -- Casa de la Sra. I. Rionda – Tuinucú -- El Trabajo, Independencia 56, Sancti Spíritus – No. 33
J-30 -- Vista del Gurugú. Zaza del Medio. -- Indeterminada
M-01 -- Parte alta de la Ciudad, Trinidad, Cuba -- Luis Santana. Trinidad – Cuba
M-02 -- Parte alta de la ciudad. Trinidad, Cuba. (Sobre la imagen: Parte alta de la ciudad. Tdad, Cuba) -- Foto Santana – No. 35. (Sobre la imagen: F. Paco – No. 35)
M-03 -- Parte alta de la ciudad. Trinidad, Cuba.-- Foto Santana – No. 35. (Sobre la imagen: F. Paco – No. 35)
M-05 -- Vista parcial de la ciudad.Trinidad, Cuba. -- Foto Santana – No. 19.
N-01 -- Nueva Plaza de Céspedes y antiguo Ayuntamiento. Trinidad, Cuba -- Luis Santana. Trinidad – Cuba
N-02 -- “Nuevo Parque de Céspedes” y “Nuevo Ayuntamiento” -- Luis Santana. Trinidad, Cuba
N-03 -- Parque Céspedes y Hotel Canadá. Trinidad, Cuba -- Foto Santana – No. 43
N-04 -- Parque Céspedes. Trinidad, Cuba -- Foto Santana – No. 78
N-05 -- Parque Céspedes. Trinidad, Cuba -- Fto. Paco – No. 7
N-06 -- (Imagen del Parque Céspedes, Trinidad) -- Indeterminada
N-10 -- Trinidad – (Imagen de un rincón del Parque Céspedes) -- (Instituto Nacional de Turismo)
N-14 -- Parque de Martí. Trinidad de Cuba -- Indeterminada
N-20 -- Plazoleta de “Punta Brava”. Trinidad, Cuba -- Luis Santana. Trinidad – Cuba
O-01 -- Calle Amargura. Trinidad, Cuba -- Foto Santana – No. 47
O-02 -- Calle Amargura. Tdad, Cuba -- F. Paco
O-03 -- Calle Amargura. Tdad, Cuba -- F. Paco – No. 29
O-06 -- Calle Capdevila. Trinidad, Cuba -- Foto Santana – No. 18
O-07 -- Calle Capdevila. Trinidad, Cuba -- F. Paco – No. 18
O-10 -- Calle Cristo. Trinidad, Cuba -- Foto Santana – No. 14
O-13 -- Calle Desengaño. Trinidad, Cuba -- Foto Santana – No. 4
O-14 -- Calle Desengaño. Trinidad, Cuba -- Indeterminada – No. 5
O-17 -- Calle Jesús María. Trinidad, Cuba -- F. Paco
O-20 -- Calle Gral. Lino Pérez. Trinidad, Cuba -- Foto Santana – No. 44
O-25 -- (Imagen de una calle de Trinidad) -- Indeterminada
O-26 -- /Imagen de una calle de Trinidad) -- Indeterminada
P-01 -- Puente. Trinidad -- Indeterminada
P-02 -- Inauguración del Ferrocarril. Trinidad, Cuba -- Luis Santana. Trinidad – Cuba
P-03 -- Puente Táyaba. Trinidad, Cuba -- Foto Paco – No. 45
P-07 -- Carretera Trinidad-Cienfuegos. Puente Río Cañas. Trinidad, Cuba -- Foto Santana – No. 67
Q-01 -- Busto de J. Martí en el parque de su nombre - Trinidad -- Indeterminada
R-01 -- Iglesia “Santa Ana”. Trinidad, Cuba -- Luis Santana. Trinidad – Cuba
R-04 -- “Templo Santísima Trinidad”. Trinidad, Cuba -- Luis Santana. Trinidad – Cuba
R-05 -- (Imagen de la Iglesia Santísima Trinidad) -- Indeterminada
R-07 -- La Popa, Trinidad, Cuba (Imagen de la Iglesia de La Popa) -- Fto. Paco – No. 5
R-10 -- Jueves Santo – Trinidad, Cuba. 1924 -- LS (Luis Santana)
S-01 -- Palacio de Brunet. Trinidad, Cuba -- Luis Santana. Trinidad – Cuba
S-02 -- Palacio de Brunet. Trinidad, Cuba -- Foto Santana. Trinidad – Cuba. No. 9.
S-04 -- Ayuntamiento. Trinidad – Cuba. 1921 -- Luis Santana
S-05 -- Ayuntamiento, Trinidad, Cuba, 1923 -- L.S. (Luis Santana)
S-08 -- Antiguo “Teatro Brunet”. Trinidad, Cuba – 1923 -- Indeterminada (Luis Santana)
S-11 -- “Cárcel”, Trinidad, Cuba -- Luis Santana. Trinidad – Cuba
S-14 -- Casa donde se hospedó el Barón Humboldt. Trinidad, Cuba -- Foto Santana – No. 33
S-17 -- Cuartel Americano, Trinidad, Cuba -- Vila y Ribas, Trinidad, Cuba – No. 16
T-01 -- Torre Manaca Iznaga. Trinidad, Cuba -- Foto Santana – No. 34. (Sobre la imagen: F. Paco)
T-02 -- Torre de Iznaga. Trinidad, Las Villas, Cuba -- Pub. por Casa Morris, Habana, Cuba – No. 87517
T-03 -- Torre Iznaga -- (Roberts Tobacco Co.) – No. RTC-33
T-09 -- C. Escolar C.M.. del C. Trinidad, Cuba. -- F. Paco. No. 32.
T-11 -- Patio Colonial.. Trinidad, Cuba. -- Foto Santana No. 7.
U-01 -- Carretera a Topes de Collantes. Trinidad, Cuba -- Foto Santana – No. 118
U-02 -- Sanatorio en Topes de Collantes. Trinidad, Cuba -- Foto Santana – No. S.1
U-03 -- Sanatorio en Topes de Collantes. Trinidad, Cuba -- Foto Santana – No. S.6
X-01 -- Calle Real. Casilda -- Indeterminada
X-02 -- Iglesia Santa Elena y carretera de Casilda a Trinidad. Cuba -- Vila y Ribas, Trinidad, Cuba – No. 19
X-03 -- Club Náutico – Casilda, Trinidad, Cuba -- Fto. Paco – No. 12
X-04 -- Almacenes Puerto de Casilda, Cuba -- Vila y Ribas, Trinidad, Cuba – No. 18
X-05 -- Puerto - Casilda. Trinidad - Cuba -- Fot. Soler – No. 33
X-06 -- Puerto de Casilda. Trinidad, Cuba -- Foto Santana – No. 12
X-10 -- María Aguilar, Trinidad, Cuba -- Made in America
Z-01 -- Humildad y Paciencia. Trinidad, Cuba -- Foto Santana
Z-02 -- Dolorosa del Martes Santo. Trinidad, Cuba -- Foto Santana
Z-03 -- Cristo de Veracruz. Trinidad, Cuba -- Foto Santana
Z-04 -- San Juan Evangelista. Trinidad, Cuba -- Foto Santana
Z-05 -- Dolorosa (Jueves Santo). Trinidad, Cuba -- Foto Santana
Z-06 -- Monumento. Trinidad, Cuba -- Foto Santana
Z-07 -- Acompañamiento de las imágenes cuando son llevadas a la Iglesia. Trinidad, Cuba -- Foto Santana
Z-08 -- Santo Sepulcro. Trinidad, Cuba -- Foto Santana
Z-09 -- La Soledad. Trinidad, Cuba -- Foto Santana
Z-10 -- Resurrección. Trinidad, Cuba -- Foto Santana
Z-11 -- El Calvario. Trinidad, Cuba -- Foto Santana
Z-12 -- Iglesia Santísima Trinidad. Trinidad, Cuba -- Foto Santana
Z-13 -- (Imagen del Parque Céspedes) -- Indeterminada
Z-14 -- /(Imagen del Palacio de Brunet) -- Indeterminada
Z-31 -- Pueblo Banao. Camino de Trinidad. Las Villas. -- Dexter Press Inc. N. Y.