"LAS FORTIFICACIONES HABANERAS"
La ciudad de la Habana, dada su importancia y envidiable posición geográfica, fue una plaza apetecida por piratas y potencias extranjeras desde los primeros tiempos de su existencia. Ello motivó el surgimiento de numerosas fortalezas que, situadas la mayoría en la entrada o alrededor de su espaciosa bahía, la protegieron de continuos ataques y saqueos. De ellas la mas conocida es el Castillo de Morro, que desde siglos atrás se erigió en uno de los grandes símbolos del país, siendo su imagen reproducida infinitas veces en diversos medios de divulgación del mundo entero. Con una significación histórica y política relevante fue esta imponente fortaleza escenario de batallas y ceremonias tan importantes como la de la toma de la Habana por los ingleses, el cambio de bandera al ser recuperada la ciudad o su izamiento con carácter definitivo al establecerse la republica el 20 de Mayo de 1902. También la gigantesca Fortaleza de la Cabaña, considerada la mayor de América en la época de su construcción, con su magnifica posición que domina mar y ciudad, se destacó por las magnificas vistas que ofrecía y por encerrar tristes paginas de nuestra historia al ser utilizada mas como prisión de los independentistas cubanos que como defensa por sus creadores. No se quedan atrás el Castillo de la Fuerza o la Fortaleza de la Punta que desde tiempos inmemoriales defendieron la ciudad y que aun hoy se mantienen ahí con su solidez y prestancia contribuyendo a darle su singular carácter de corte colonial.
Dedicaremos esta pagina a recrear las innumerables tarjetas postales que emitidas en las primeras décadas del siglo pasado usaron las vistas de estos emblemáticos y pintorescos enclaves como temática, a veces recreándolos particularmente y otras conjugándolos con el paisaje circundante. Incluso los restos de las antiguas murallas que rodearon la ciudad y que fueron demolidas paulatinamente o los pequeños torreones, que quedaron para la posteridad como testigos de un pasado tormentoso, no pasaron inadvertidos para los emisores del género gozando de diversas emisiones.
Dado lo interesante de este tema, en que se unen lo histórico y lo documental, incluiremos a continuación una corta reseña sobre la historia y características de los distintos emplazamientos que veremos en esta pagina, esperando que ello nos ayude a disfrutar de las imágenes que conforman sus galerías.
Ataques de piratas y corsarios
Desde los primeros años de la colonización española en las tierras americanas, la Corona estuvo muy preocupada por los constantes daños que sufrían las naves hispánicas a manos de piratas y corsarios, así como los causados por las flotas de otros países europeos en guerra con España. Ingleses, franceses y holandeses atacaban con frecuencia a los galeones de las flotas que conducían a la Metrópoli los tesoros del Nuevo Mundo, mientras la piratería hacía de las suyas en las plazas más importantes del Caribe, entre ellas, la villa de San Cristóbal de La Habana.
Fue Francia la primera en atacar las colonias hispánicas en América, y al ser el puerto habanero el lugar donde hacían escala los galeones de las flotas españolas, resultó ser también el principal punto de la geografía antillana agredido por corsarios franceses. Uno de ellos, en el año de 1537, estuvo anclado en la bahía durante tres horas hasta que fue atacado por barcos españoles que se encontraban en ella, pero el francés logró destruir dos naves y por último, saqueó e incendió la villa antes de retirarse.
Al año siguiente, otro francés se apoderó de la villa durante quince días, haciendo huir a sus habitantes, saqueando la población y llevándose las campanas de las iglesias.
La primera fortaleza
Estos desastrosos ataques que sufrió La Habana en los primeros tiempos de su existencia, convencieron a la Corona de la necesidad imperiosa de fortificar la villa para evitar las frecuentes incursiones piratas que causaban grandes daños a la colonia. Fue así que el propio año de 1538, siendo gobernador de la Isla el adelantado don Hernando de Soto, se inició la construcción de una fortaleza en La Habana, la que estuvo a cargo del ingeniero, nativo de Santiago de Cuba, Mateo Aceituno, y quedó concluida en 1540.
Esta primitiva fortaleza se hallaba a trescientos pasos del sitio que luego ocupó el castillo de La Fuerza, y al decir del gobernador Juanes de Avila, que sucedió a Hernando de Soto, de fortaleza no tenía más que el nombre. Además estaba mal situada pues quedaba dominada por un cerro cercano, y aunque logró defender la villa de un nuevo ataque pirata en 1543, su deficiente construcción y emplazamiento, mas la importancia que iba adquiriendo el puerto habanero, donde se congregaban las flotas españolas, impulsaron a la Corona a mejorar las defensas de la villa, lo que dio origen a numerosas discusiones sobre si debía repararse la fortaleza o construirse una nueva.
En 1555 fue asaltada y tomada La Habana por el corsario francés Jacques de Sores, lo que sirvió para comprobar la poca utilidad que tenía la mencionada fortificación, pues a pesar de la heroica resistencia de su alcaide, Juan de Lobera, éste se vio obligado a rendirse y el reducto quedó prácticamente destruido. Algunos años después, los restos de la fortaleza fueron utilizados como corral para guardar el ganado que se destinaba al sacrificio quedando la ciudad defendida solo mediante un terraplén sobre la boca del puerto que tenia emplazados cuatro cañones de bronce.
El Castillo de la Real Fuerza
El ataque de Jacques de Sores impulsó a la Corona a dictar una Real Cédula, en 9 de febrero de 1556, por la que se ordenó la construcción de una nueva fortaleza. Para su emplazamiento, el gobernador Diego de Mazariegos escogió el lugar que ocupaban las casas de Juan de Rojas, uno de los fundadores de la villa, así como las de otros vecinos distinguidos que habían hecho del lugar una barriada de importancia. La construcción, que recibió el nombre de Castillo de la Real Fuerza, se comenzó en el propio año de 1556 y fue terminada en 1577, bajo el gobierno de Francisco Carreño.
Apenas terminada su construcción, La Fuerza fue objeto de duras críticas por estar situada frente a la loma de la Cabaña, que la dominaba totalmente, y entre otras deficiencias, contaba solamente con 8 piezas de artillería medianas, cuyo poder de fuego no llegaba a la boca del puerto, una guarnición de 50 hombres, de ellos 19 portugueses, y sólo tres artilleros, dos flamencos y uno alemán. En realidad, la poca utilidad de esta fortaleza quedó plenamente demostrada al producirse en 1762 el ataque y toma de La Habana por los ingleses, cuando fue bombardeada desde la elevación de la Cabaña y su artillería quedó destruida en breve tiempo.
En tiempos del gobernador Juan Bitrián de Viamonte, entre 1630 y 1634, se construyó en uno de los baluartes de la fortaleza una elevada torre destinada a servir de vigía, desde la que era posible observar toda la entrada de la bahía. Sobre esta torre, que también hizo las funciones de campanario, se colocó una pequeña estatua de bronce, obra del artífice fundidor y escultor cubano Jerónimo Martín Pinzón. Esta estatuilla, que representa una india que sostiene en su mano una cruz de la Orden de Calatrava (de la que era Caballero el gobernador Bitrián), recibió con el tiempo el nombre de la Giraldilla, y ha devenido uno de los símbolos más conocidos de la ciudad de La Habana.
A partir de 1690, La Fuerza fue utilizada como residencia de los gobernadores de la Isla, hasta 1790, cuando se construyó el Palacio de los Capitanes Generales o Casa de Gobierno, en la Plaza de Armas. Después siguió utilizándose como cuartel militar durante todo el resto de la dominación española. Más tarde, en 1899, el gobierno interventor norteamericano trasladó a la fortaleza el Archivo General de la Isla de Cuba, el que permaneció allí hasta 1906.
Desde 1909 hasta 1938 la fortaleza fue sede, primero, de la Jefatura de la Guardia Rural, y después, del Estado Mayor del Ejército, y en ese último año albergó los fondos de la Biblioteca Nacional, hasta que éstos fueron trasladados a un nuevo edificio en la entonces Plaza Cívica, hoy Plaza de la Revolución José Martí.
En la actualidad, el castillo de la Real Fuerza, debidamente restaurado y convertido en museo, constituye la más antigua fortificación militar que se conserva no sólo en La Habana y en Cuba, sino también en todo el continente americano, y figura en el escudo de armas que concedió la Corona a La Habana al otorgarle, en 1592, el título de Ciudad. De esa forma, aparecen en el escudo los tres primeros castillos que tuvo la capital cubana: La Fuerza, El Morro y La Punta.
El Castillo de los Tres Reyes del Morro
Antecedentes
Desde los primeros años de la villa de San Cristóbal de La Habana, sus vecinos se aprovecharon de las condiciones que tenía una elevación existente en la orilla derecha de la bahía, a la que le dieron el nombre de “el Morro”, para situar vigías que anunciaran la presencia naves enemigas, lo que podía lograrse desde allí con más eficacia que desde la ribera opuesta, ya que desde el Morro se veía una zona más amplia del mar, así como toda la costa por el este, al otro lado de la loma de la Cabaña. Esta posición defensiva de vigilancia quedó remarcada en la sesión del Cabildo habanero de 30 de abril de 1551, en que se dispuso que desde el día siguiente se pusieran velas en el Morro, “según se acostumbra... por haber nuevas de franceses”.
Para mejorar la vigilancia que se realizaba desde el Morro, en 1563 el gobernador Diego de Mazariegos mandó a construir en aquel lugar una torre de cal y canto, de seis y medio estadios de alto y a 15 estadios sobre el nivel del mar, que serviría de atalaya contra los piratas y corsarios, pues desde allí se podía extender la vista hasta ocho leguas de distancia. La torre tuvo un gasto de 200 pesos y para su pago se estableció el cobro un derecho de anclaje a los buques que arribaban al puerto.
En 1583 tuvieron lugar los primeros signos de fortificación del Morro, al situarse en el lugar, además de los vigías, seis piezas artilleras – dos pasamuros y cuatro versos –, procurando que uno de los hombres fuera hábil para disparar los cañones. Además se mandó levantar una casilla de teja para la protección del personal que allí estuviera.
La construcción de la fortaleza
El temor provocado por los ataques de corsarios y piratas , unido al hecho de que el Castillo de la Real Fuerza se consideraba insuficiente para repeler tales incursiones, impulsó al rey Felipe II a construir una fortaleza que hiciera inexpugnable al puerto habanero, para lo cual comisionó al ingeniero militar español Bautista Antonelli, bajo la dirección del capitán general Juan de Tejeda, y así se iniciaron los trabajos en 1589, aunque para su conclusión, según se dice, fue necesaria la contribución de los vecinos de la villa. Antonelli se marcha en 1594, dejando al frente de las obras a su sobrino Cristóbal de Roda que finalmente las concluye en 1630, durante el mando del gobernador Lorenzo de Cabrera.
Conjuntamente se terminó la construcción del Castillo de San Salvador de la Punta, casi frente al Morro, en la otra orilla del canal de entrada a la bahía, con lo que se completó el sistema defensivo del puerto.
Sus características principales
La fortificación, a la que se le dio el nombre de “Castillo de los Tres Reyes del Morro” presenta la forma de un polígono irregular, ya que va siguiendo la superficie de las rocas, y estaba compuesto, antes de ser destruido por los ingleses en 1762, por tres baluartes unidos por cortinas y un cuartel acasamatado. Uno de los baluartes tenía, en su extremo más estrecho, un torreón de doce varas de alto, al que llamaban “el Morrillo” que servía de atalaya para vigilar la presencia de naves extrañas, lo que se anunciaba por medio de una campana según la cantidad de embarcaciones que se observaran, a la vez que se colocaban unas banderitas en la cortina sobre la puerta del castillo, para indicar a la población de la ciudad el rumbo por donde aquellas aparecían.
Además de sus murallas y el profundo foso que lo rodeaba por la parte de tierra, el castillo tenía dos grandes aljibes para el abastecimiento de agua a la guarnición, y existían, además, una iglesia, las casas del comandante, el capellán y los oficiales, tres cuarteles, oficinas, bóvedas y calabozos.
El primer alcalde que tuvo la fortaleza fue Alonso Sánchez de Toro y su cargo era muy importante, pues podía sustituir en el gobierno de la Isla al Capitán General, en caso de su fallecimiento.
Su artillería defensiva
El Castillo del Morro representó, hasta la construcción de la fortaleza de la Cabaña, la máxima defensa de La Habana, y contaba, para ello, con gruesos cañones de diferentes calibres, unos dirigidos hacia el mar y otros hacia la entrada de la bahía y el fondo del puerto. Pero su obra defensiva más potente estaba compuesta por dos formidables baterías, una llamada “Los Doce Apóstoles”, en forma de media luna, que con el mortífero fuego de sus doce cañones podía cerrar eficazmente la entrada de la bahía, y la otra denominada “La Pastora”, situada a 500 varas del castillo, con igual número de piezas.
Ambas baterías estaban ubicadas a la derecha del canal y en posición más baja que el resto de las otras piezas de artillería del castillo, y constituían, junto con los cañones del Castillo de La Punta, en la ribera opuesta del canal, la última línea de defensa de la bahía. La de “Los Doce Apóstoles”, de la que han se conservan algunos restos, fue construida por el gobernador Juan Francisco de Güemes y Horcasitas, y la de “La Pastora”, ya desaparecida, por Francisco Cagigal de la Vega.
El ataque inglés de 1762
Durante más de un siglo, el Castillo del Morro cumplió cabalmente con la defensa del puerto y la ciudad de La Habana, rechazando con sus cañones numerosas incursiones de naves holandesas, francesas e inglesas, entre estas últimas las de los almirantes Vernon y Knowles. Pero, sin embargo, no pudo resistir el ataque lanzado el 6 de junio de 1762 por el ejército y la escuadra británicos comandados, respectivamente, por el Conde de Albemarle y Sir George Pocock. Después de tomada y fortificada por los ingleses la loma de La Cabaña, se abrió un nutrido fuego contra El Morro y se le puso un sitio que duró cuarenta y cuatro días, gracias a la heroica resistencia del comandante de la fortaleza, don Luis de Velasco, y su segundo al mando, el Marqués Vicente González.. La muerte de ambos y la gran destrucción que había sufrido el castillo, obligaron a sus defensores a rendirse. De esta forma se perdió la última esperanza que tenía la ciudad para su resistencia, y pocos días después, el 12 de agosto, a pesar del valeroso comportamiento de muchos civiles y milicianos criollos, entre los que hay que destacar al Regidor de Guanabacoa José Antonio Gómez (Pepe Antonio), el gobernador Juan de Prado Portocarrero se vio forzado a entregar la ciudad a las fuerzas británicas
La reconstrucción
El 6 de julio de 1763, mediante un tratado con Inglaterra, la ciudad fue recuperada por los españoles a cambio de la península de La Florida, y de inmediato el capitán general Conde de Ricla se consagró a la restauración de las fortalezas, en especial la del Morro, la que fue ejecutada por el oficial Antonio Trebejo, bajo la dirección de los brigadieres Silvestre Abarca y Agustín Cramer. Fueron reconstruidas la torre, que había sufrido enormes daños, así como sus murallas, baluartes, cortinas, cuarteles y rampas de acceso, así como le fueron restauradas las piezas de artillería que habían sido destruidas y se le agregaron otras más para incrementar su poder de fuego. Sin embargo, desde entonces, sus cañones han permanecido mudos para toda acción de guerra.
La farola
Desde mucho antes de la toma de La Habana por los ingleses, en la torre levantada por el gobernador Mazariegos se había situado una luz a modo de faro, que se alimentaba con leña, y aun después de 1762 siguió utilizándose, en la reconstruida atalaya, este combustible. En 1795 el Real Consulado y la Intendencia trataron de mejorar ese primitivo sistema con la utilización de gas inflamable, producto del chapapote cubano, pero el intento concluyó en fracaso. Años después, en 1816 se instaló un nuevo fanal en el que se pensó de nuevo emplear el gas, pero al final tuvo que ser alimentado con aceite. Otro fanal se instala en 1824 por el brigadier Honorato Bouyon, en el que también se utiliza el aceite.
Por último, en 1844, es derribaba la segunda torre y construido en su lugar un nuevo faro, el que existe en la actualidad, inaugurado el 8 de diciembre de dicho año por el gobernador Leopoldo O’Donell. La torre, de 85 pies de altura, se eleva, por el lugar donde está situada, a 151 pies sobre el nivel del mar, y a la misma se le dio el nombre de O’Donell, que fue grabado en la piedra en la parte correspondiente a la entrada del canal y removido después de 1959. Al propio tiempo se le instaló un nuevo fanal, del sistema Fresnell, construido por el francés Henri Lepante, que siguió alimentándose con aceite hasta 1928 en que comenzó a usarse el gas acetileno. En 1945, al celebrarse el centenario de su construcción, se inauguró en la farola el alumbrado eléctrico, a la vez que se inició la electrificación definitiva de todos los faros del país.
El Castillo de San Salvador de la Punta
Al establecerse la villa de San Cristóbal de La Habana en la que se llamaba entonces bahía de Carenas, se vio de inmediato la importancia estratégica que tenía el saliente que quedaba a la entrada de dicha bahía, al que por su posición se le denominó La Punta, y que estaba en aquel tiempo separada de la villa por un espeso bosque en el cual se prohibió cortar leña, para evitar abrir caminos que pudieran luego ser utilizados por los piratas. Sin embargo, más tarde, la arboleda fue desmontada por considerarse insalubre, y ello facilitó el paso por ese lugar al pirata francés Jacques de Sores cuando atacó y tomó la villa en 1555.
A partir entonces se iniciaron las primeras trincheras de defensa en el lugar, en previsión de nuevos ataques. También se colocó una gruesa cadena, que se llevaba desde La Punta hasta El Morro, para impedir la entrada al puerto. Finalmente, en 1582, el alcaide Diego Fernández de Quiñones informó a la Corona la necesidad de hacer en el lugar un torreón con dos cañones para la guardia y seguridad del puerto, aspecto que fue aprobado por el Rey y encomendada la obra al ingeniero Juan Bautista Antonelli, constructor al propio tiempo del Castillo del Morro. Los trabajos de la nueva fortaleza se iniciaron en 1590 y concluyeron, conjuntamente con los de El Morro, en 1630, recibiendo el nombre de San Salvador de La Punta. Con su construcción, se completó la defensa de la entrada del puerto, ya que se podía hacer un fuego cruzado entre las dos fortalezas.
El Castillo de San Salvador de La Punta tenía una guarnición normal de 60 hombres, y hasta la toma de La Habana por los ingleses en 1762 no sufrió ningún ataque serio. En la acción de este año sus baluartes fueron seriamente dañados por las baterías enemigas, pero al ser devuelta la ciudad, la fortaleza fue reconstruida por el Conde de Ricla, estando los trabajos bajo la dirección de los ingenieros Silvestre Abarca y Agustín Cramer. Las obras primitivas fueron ampliadas y a partir de entonces la fortaleza recibió varias modificaciones, la más importante en 1868, cuando se le adicionaron cuatro explanadas con igual número de cañones de los más modernos de la época.
La Fortaleza de San Carlos de la Cabaña
Según dice una tradición, el ingeniero Juan Bautista Antonelli, cuando comenzaba la construcción del Castillo del Morro, en 1589, subió un día a la loma de la Cabaña y al contemplar desde allí la ciudad dijo que quien fuera dueño de esa loma lo sería de La Habana. Tal premonición se cumplió en 1762, cuando los ingleses ocuparon la elevación para instalar en ella sus baterías, lo cual facilitó el ataque al Morro y la posterior rendición de la ciudad.
Al firmarse el tratado por el cual Inglaterra devolvía la Isla a España, de inmediato el rey Carlos III ordenó que antes de cualquier otra obra pública, se construyese una fortaleza sobre la loma de la Cabaña. El lugar era conocido como Cerro de la Cabaña, por unas cabañas que allí existían, y su propietario era don Agustín de Sotolongo, el cual lo cedió gratuitamente para levantar la fortaleza. La construcción del que fue llamado Castillo de San Carlos de la Cabaña dio inicio el 4 de noviembre de 1763, con planos trazados por el ingeniero francés M. de Valliére, quedando concluida en 1774, con un extraordinario costo de catorce millones de duros, lo que, según se dice, hizo que el rey Carlos III, al enterarse de la cuantía de la obra, pidiera un anteojo para verlo, ya que “obra que tanto había costado, debía verse desde Madrid”.
La Cabaña domina por un lado a la ciudad, la bahía y el canal de entrada, y por el otro al mar. Su posición estratégica, su extensión de más de 700 metros de largo y su sólida construcción hicieron de ella la fortificación más importante no sólo de la Isla sino, también, de todo el continente americano, en la época en que fue construida. Situada a 380 varas al sudeste del Morro, tiene un polígono de 420 varas exteriores flanqueado por baluartes, terrazas y rebellines, y cuenta además con un profundo foso abierto en la roca viva y un camino cubierto con dos bajadas que llegan hasta la ribera de la bahía.
La fortaleza tenía normalmente una guarnición de 1300 hombres y estuvo siempre dotada de una gruesa artillería, en perfecto estado de defensa, que según Jacobo de la Pezuela, en su Diccionario, estaba compuesta, en 1859, por 120 cañones y obuses de bronce de todo calibre en batería.
Después de 1762 y durante el resto de la dominación española, no se produjeron en La Habana hechos militares que hicieran tronar la amplia artillería de La Cabaña. Sin embargo, la fortaleza sirvió de prisión y fue escenario de fusilamientos de múltiples patriotas de nuestras guerras independentistas. Sangre cubana en abundancia corrió por sus fosos, en especial el llamado Foso de los Laureles, donde una lápida colocada en uno de sus muros rememora el martirio de aquellos patriotas que allí fueron ultimados.
En la actualidad, desde lo alto del polígono de la Fortaleza de La Cabaña, todas las noches, a las nueve, se efectúa una ceremonia en la que se dispara un cañonazo de salva, como se hacía en los tiempos coloniales para cerrar las puertas de la antigua muralla que rodeaba la ciudad, y que hoy, además de ser una interesante atracción turística, sirve para que los habaneros pongan en hora sus relojes.
El Castillo de Atarés
A raíz de la toma de La Habana por los ingleses en 1762, se vio la necesidad de fortificar la Loma de Soto, elevación que dominaba el fondo de la bahía, a 1500 varas al sur del recinto amurallado de la ciudad, con el fin de resguardar y defender las comunicaciones de la plaza con las poblaciones vecinas.
Con ese fin, entre 1763 y 1767, se efectuó en dicho lugar, en el terreno cedido por su propietario Agustín de Sotolongo, la construcción del denominado Castillo de Atarés, nombre que debe al gobernador Conde de Ricla, promotor de las obras, las que fueron realizadas bajo la dirección del ingeniero belga Agustín Cramer.
Este castillo tiene la forma de un exágono irregular, con un foso y un camino cubierto, además de contar con un cuartel interior, almacenes y oficinas. Fue restaurado en 1861 y dos años más tarde tenía 26 piezas de artillería y una guarnición de 90 hombres.
El Castillo del Príncipe
Todavía después de construido el Castillo de Atarés se notaban deficiencias en la defensa de La Habana, sobre todo por el territorio al oeste, que era la parte más expuesta, donde era necesario proteger a las tropas que se opondrían a un posible desembarco por aquel lugar, de más fácil acceso para el enemigo que cualquier otro de la costa inmediata a la ciudad.
Para evitar ese peligro, se comenzó en 1767 la construcción, en la Loma de Aróstegui, que pertenecía a don Agustín Aróstegui y Loynaz, del Castillo del Príncipe, al que se le dio ese nombre por el príncipe don Carlos, heredero de la corona real española. La obra fue realizada por el ingeniero Cramer, según los planos de Silvestre Abarca, y fue terminada en 1779 por el brigadier Luis Huet, que modificó los diseños de Abarca.
El Castillo del Príncipe cuenta con grandes baluartes y fosos, rebellines, galerías y almacenes. Su guarnición habitual era de 900 hombres y su artillería de 60 cañones de distintos calibres.
Al ser demolido en tiempos republicanos, bajo el gobierno de Gerardo Machado, el amplio edificio de la Cárcel, que se hallaba al comienzo del Paseo del Prado, pasó esta dependencia para el Castillo del Príncipe, albergando allí a presos comunes y políticos, por lo que se convirtió, en diversas épocas, en escenario de actos de represión, huelgas de hambre y fugas espectaculares.
Otras fortificaciones
Años después de construidos los castillos de El Morro y La Punta, oficiales enviados por la Corona en 1633, para inspeccionar el estado de dichas fortalezas, recomendaron la construcción de dos torreones en las bocas respectivas de los ríos de La Chorrera y Cojímar, que sirvieran para impedir que por esos lugares pudieran realizarse desembarcos enemigos, ya que hacia esos sitios no llegaban los fuegos de La Fuerza, La Punta y El Morro.
En consecuencia, en 1646 se construyeron los Torreones de La Chorrera y Cojímar, con un costo de veinte mil ducados que costearon de su propio peculio los vecinos de esos lugares, con la natural complacencia y agradecimiento de las autoridades coloniales. En 1762 ambos fueron seriamente dañados por la artillería inglesa y después reconstruidos en forma de rectángulos abaluartados, con dos pisos, convirtiéndolos de torreones en pequeños castillos.
Por último, un verdadero torreón fue el llamado Torreón de la Caleta, más conocido como Torreón de San Lázaro, construido en fecha no precisa del siglo XVII en el lugar denominado, primeramente, Caleta de Juan Guillén, por el nombre del Alguacil Menor dueño de los terrenos circundantes, y después Caleta de San Lázaro, por el hospital de ese nombre que se encontraba en las cercanías. El torreón se destinaba, mientras el lugar era una playa desierta, a la vigilancia que de día y de noche se efectuaba en previsión de la llegada de barcos piratas. Hoy la caleta ha desaparecido, rellenada al construirse el Malecón, y ocupa el lugar una parte del Parque Maceo, pero aún se conserva allí el Torreón de San Lázaro, con su primitiva estructura, incorporado al parque como vieja reliquia histórica de los tiempos coloniales.
Otras pequeñas fortificaciones que tuvo La Habana en la época colonial fueron varias baterías que desaparecieron en tiempos republicanos para facilitar el ensanche de la ciudad y la construcción de calles y edificios. Ellas fueron la Batería de San Lázaro, próxima a la caleta del mismo nombre, que cruzaba sus fuegos con la de Santa Clara y con el Castillo de La Punta; la Batería de San Nazario, a 750 varas del Castillo del Príncipe, probablemente en el cerro donde hoy se halla la Universidad; la Batería de Santa Clara, sobre el promontorio donde hoy se alza el Hotel Nacional, cuyos fuegos se cruzaban con los de La Punta y El Morro; la Batería de Las Animas, sobre un cerro donde después se edificó el hospital del mismo nombre, al sudoeste del Castillo del Príncipe y al norte del de Atarés; y la Batería de la Reina, la de última construcción, en sustitución de la antigua de San Lázaro, donde hoy se encuentra el Parque Maceo.
Las murallas
Para completar la defensa de la villa de San Cristóbal de La Habana contra los ataques de piratas y corsarios, en el siglo XVII se construyeron murallas que rodeaban, como un enorme cinturón de piedra, a la floreciente villa. Estas constituyeron, por su condición inexpugnable, el complemento indispensable para la protección y seguridad que daban a los vecinos de La Habana los castillos de La Fuerza, La Punta y El Morro.
En 1674 se inició la construcción de las murallas, que constaban de dos partes: la muralla de tierra, que rodeaba la villa por el oeste, protegiéndola de las incursiones desde los campos vecinos, y la muralla de mar, que se edificó en 1708 y circundaba la población por el este, a lo largo de la bahía, desde La Punta hasta la Capitanía del Puerto. El conjunto del recinto amurallado recibió más tarde el nombre de La Habana intramuros.
A lo largo de las murallas se construyeron varios baluartes y garitas, de los cuales se conservan hoy la llamada Garita del Santo Angel, en la muralla de tierra, junto a la actual Avenida de las Misiones, que lleva ese nombre por la iglesia que existe en sus cercanías, y la denominada Garita de San Telmo, que hoy se conoce como Garita de la Maestranza, en la muralla marítima. Esta parte de las murallas fue la mejor construida, y desde ella lucharon las milicias de habaneros y esclavos africanos contra los ingleses en 1762, que sólo capitularon cuando sus jefes militares españoles se rindieron. Al ser devuelta la ciudad por los ingleses en 1763, la muralla recibió la correspondiente restauración de los destrozos que le causó la artillería enemiga y se terminó su construcción definitiva en 1797.
Sobre el tramo de de la muralla de mar se levantó en esa época la Maestranza de Artillería, donde se construían y reparaban toda clase de armas de fuego, desde fusiles a cañones, con sus proyectiles de todos los calibres, pues contenía todos las maquinarias e implementos necesarios para tales menesteres.
Por el otro lado, en la muralla de tierra, se abrieron al principio dos puertas, la de La Punta, en el extremo norte, y la de la Muralla, hacia el centro, las que se abrían a las cuatro y media de la mañana y se cerraban a las ocho de la noche, al anuncio de respectivos cañonazos. Con posterioridad, en distintas épocas, se abrieron nuevas puertas: las de Colón, las de Monserrate, la del Arsenal, la de la Tenaza, la de Luz, la de San José y la de Jesús María. De todas ellas, hoy sólo se conserva la de la Tenaza, en las cercanías de la Estación Terminal de Ferrocarriles.
El crecimiento de la ciudad, dentro y fuera del recinto amurallado, en lo que la población denominaba Intramuros y Extramuros, unido a la inutilidad de las murallas para la defensa de la capital, hizo necesario el derribo de las mismas, que se realizó a partir de 1863. En la actualidad sólo se conservan, además de las dos garitas y la puerta antes mencionadas, algunos pequeños tramos, como recuerdo de su historia bélica, y la costumbre del cañonazo que se dispara todas las noches desde la Fortaleza de La Cabaña.
Detalles sobre la muestra
Veamos a continuación el listado de las imágenes incluidas en esta página, las cuales hemos ordenado por grupos cuyos prefijos están relacionados de la siguiente forma con cada una de las fortificaciones recreadas:
A – El Castillo de la Fuerza
B – El Morro visto desde la entrada bahía
C – El Morro visto desde la zona del Castillo de la Punta
D – El Morro en días de tormenta
F – El Morro visto desde mar fuera
H – El Morro visto desde la Cabaña
J – Vistas al pie del Morro.
K – Vistas de la entrada al Morro
L – Vistas de la Farola del Morro.
N – El Castillo de la Punta.
P – La Fortaleza de la Cabaña.
R – La Cortina de Valdés.
S – El Castillo de la Chorrera.
T – El Castillo de Atares.
U – El Castillo del Príncipe
D – Los restos de las Murallas.
X – Los antiguos Torreones.
De acuerdo a ello ha quedado organizada la siguiente lista de imágenes las cuales integraran la galería de la página que proponemos:
No.----Descripción----Emisión
A-01----Cuartel de La Fuerza. Habana----Elixir Creosotado Sarrá
A-02----Castillo de la Fuerza. Habana----Wilson’s, Obispo 52, Habana – No. 160
A-03----La Fuerza. Habana----Harris Bros. Co., Habana. No. 25
A-04----La Fuerza, Habana, Cuba----Harris Bros. Co., Havana, Cuba – Nos. 4004 y A-11896
A-05----Cuartel de La Fuerza, Habana----R. Corral – No. 158
A-06----Antiguo Cuartel “La Fuerza”, hoy Biblioteca Nacional ----La Moderna Poesía, Obispo 133-135 – No. 21
A-07----Habana. Castillo de la Fuerza----Indeterminada – No. 34
A-08----Habana. Castillo de la Fuerza----Edición Jordi – No. 34
A-09----Habana. Castillo La Fuerza----Indeterminada
A-10----Castillo de la Fuerza, el más antiguo de la Habana.----The Rotograph Co., N.Y. City. (Germany)
A-11----Habana. Castillo de la Fuerza----Edición Jordi – Nos. 34 y R-69408
A-12----(Imagen del Castillo de La Fuerza)----C. Jordi, Habana, Cuba – No. 3 – Made in France
A-13----Fortaleza de La Fuerza, Habana, Cuba----“Swan, Havana” – Nos. 10 y 21735 N
A-14----Puente levadizo, La Fuerza, Habana----The Rotograph Co., N.Y. City (Germany) No. G 12025
A-15----Habana: Castillo de la Fuerza----C. Jordi, Obispo 526, Havana. Art-Colortone – No. 6
A-16----Torre de La Fuerza ----The Rotograph Co., N.Y. City. (Germany) – No. G 12086
A-17----Torre Vigía, La Fuerza, Habana, Cuba----Harris Bros. Co., Havana, Cuba – No. 68
A-18----Torre del Cuartel de La Fuerza, Habana, Cuba----Indeterminada – No. 8258
A-19----Vista cercana de La Fuerza, Habana, Cuba----“Swan, Havana” – Nos. 23 y 21748N
B-01----Castillo del Morro y entrada del puerto----Wilson’s, Obispo 41 y 43, Habana – No. 4
B-01a----Castillo del Morro y entrada del puerto (detalle mostrando solo la imagen)--
B-02----Castillo y Faro del Morro. Habana----Wilson’s, Obispo 41 y 43, Habana – No. 48
B-02a----Castillo y Faro del Morro. Habana (detalle mostrando solo imagen)--
B-03----Castillo del Morro----Arnoldo Flesh & Co. Habana – Tom Jones Pub. Cin’ti, O.
B-04----Vapor entrando en la bahía ----Arnoldo Flesh & Co., Habana – Tom Jones Pub. Cin’ti, O.
B-05----Entrada del Morro. Habana----Cuban Card Co. No. 30
B-06----Castillo del Morro----Cuban Card Co. – No. 28
B-07----Castillo y Faro del Morro. Habana----Wilson’s, Obispo 41 y 43, Habana – No. 48
B-08----(Imagen del Castillo del Morro dentro de un recuadro art-noveau)----A. Jiménez
B-09----Castillo del Morro, Habana----Detroit Photographic Co. – No. 6393 – Copyright 1900
B-10----Castillo del Morro, Habana, Cuba----Indeterminada
B-11----Castillo del Morro, Habana, Cuba----Indeterminada
B-12----(Imagen del Castillo del Morro). Habana. Año 1919----Compañía Litográfica de La Habana
B-13----20 de mayo de 1902. (Imagen del Castillo del Morro)----Havana Tobacco Co.
B-14----Habana. Castillo del Morro----C. Jordi (monograma CJ) – No. 34
B-15----Castillo del Morro. Habana----R. Corral. Obispo 75. No. 72
B-16----Habana. Castillo del Morro----Edición Jordi – No. 11. Habana
B-17----Habana. Castillo del Morro----Indeterminada
B-18----Castillo del morro Habana----Indeterminada
B-19----El Castillo del Morro. Habana----Indeterminada
B-20----Habana. El Morro----The Rotograph Co., N.Y. City. (Germany) – No. G 12007
B-21----El Morro, Habana----The Rotograph Co., N.Y. City. (Germany) – No. E 12007
B-22----Castillo del Morro, Habana, Cuba----Harris Bros. Co., Havana, Cuba
B-23----Habana. Castillo del Morro----Indeterminada – No. 4
B-24----Julio 19 - 1938. (Imagen del Castillo del Morro)----Roberts & Co., Havana, Cuba – No. 4803
B-25----Castillo del Morro, Habana.----Roberts & Co., Havana, Cuba – Cía. Litográfica de La Habana – No. 103
B-26----Habana: Castillo del Morro----C. Jordi, Obispo 526, Havana C.T. Art-Colortone – No. 1
B-27----Castillo del Morro, Habana, Cuba----Indeterminada – Nos. 14 y 71441
B-28----El S.S. “Agwiking” pasando el Morro.----Cuba Mail Line, Pier 34, North River, N.Y. – No. CM-11-48
B-29----Habana: Castillo del Morro----C. Jordi, Obispo 526, Havana, C.T. Art-Colortone – No. 93
B-31----Castillo del Morro----Indeterminada – Nos. 11 y 90
B-32----Castillo del Morro al otro lado de la bahía desde La Habana----E. C. Kropp Co., Milwaukee No. 21733
B-33----Habana. El Morro desde la Punta----C. Jordi, Box 2334, Havana, Cuba – Nos. 12 y 61178
B-34----Habana. El Morro desde la Punta----Edición Jordi – No. 41
B-35----El Morro. Habana----Indeterminada
B-36----El Morro. Habana----Propaganda Sarrá
C-01----Inauguración de la República Cubana y Subida de la bandera en el Morro----Indeterminada
C-02----El Castillo del Morro y la Punta----Indeterminada – No. 4
C-03----Morro y la Punta, Habana----Indeterminada – No. 45
C-04----(Imagen del Morro y la explanada de la Punta)----Indeterminada
C-05----Vista del Morro desde el Hotel Packard----A “Colourpicture” Publication, Boston 15, Mass., No. K4167
C-06----(Morro y la Punta, tomados del Hotel Packard)----Mirro-krome Card, H.S. Crocker Co., Inc. No. RTC-37
C-07----Prado y Castillo del Morro.----Roberts & Co., Havana – Natural Color, E.C. Kropp, No. 1286
C-08----Castillo del Morro, Habana, Cuba. Patente No. 12/0...----Indeterminada
D-01----Habana. El castillo del Morro en día de tormenta----La Moderna Poesía, Obispo 133-135 – No. 4
D-02----El Castillo del Morro en día de tormenta----Indeterminada
D-03----Castillo del Morro durante una tempestad.----The Rotograph Co., N.Y. City. (Germany) – No. E 12080
D-04----Habana. Temporal (Imagen del Morro)----Indeterminada
D-05----Habana. Morro con temporal----Indeterminada
D-06----Habana. Temporal frente al Malecón----C. Jordi, Box 2334, Havana, Cuba – Nos. 79 y A-4480
D-07----Habana: Temporal en el Morro----Edición Jordi – Nos. 317 y R-69498
D-08----Habana: Rayos y truenos en el Morro----Edición Jordi – Nos. 337 y R-69518
D-09----El Morro durante una tempestad de relámpagos.----The Rotograph Co., N.Y. (Germany) – No. E 12079
D-10----El Morro de noche, Habana, Cuba----Indeterminada – No. 13789
F-01----Habana. El Morro desde el mar----Edición Jordi – Nos. 118 y R-52547
F-02----Habana. El Morro desde fuera----Edición Jordi – Nos. 14 y R-69392
F-03----Habana. El Morro desde fuera----Indeterminada – No. 1
F-04----Habana. Castillo del Morro----Edición Jordi – No. 140
F-05----(Imagen del Castillo del Morro)----Lito. R. García Muñiz, Manila 9-11
H-01----El Morro y la Cabaña. Habana. 1º de enero, 1899----Indeterminada
H-02----El Morro, Parapeto de la Cabaña, Habana----The Rotograph Co., N.Y. City. (Germany) – No. G 12030
H-03----Habana. El Morro. Parapeto de la Cabaña----The Rotograph Co., N.Y. City. (Germany) – No. G 12030
H-04----El vapor “Havana” pasando frente al Morro----Indeterminada – No. 18
H-05----Habana. Castillo del Morro----Edición Jordi – Nos. 8 y R-52546
H-06----Habana. Castillo del Morro----Propaganda Sarrá
H-07----Castillo del Morro desde la Fortaleza de la Cabaña, Habana, Cuba----Indeterminada
H-08----Castillo del Morro desde la Cabaña, Habana, Cuba----G. C. Foster & Reynolds, Havana and New York
H-09----Castillo del Morro visto desde la Fortaleza de la Cabaña.----“Swan. Havana” – Nos. 30 y 22124 N
H-10----El Morro desde la Cabaña----Mario L. Guardiola, Obrapía 511, Havana – C.T. Art-Colortone No. 14
J-01----Habana. Al pie del Castillo del Morro----C. Jordi, Box 2334, Havana, Cuba – No. 47
J-02----El Castillo del Morro----Indeterminada
J-03----Habana. Castillo del Morro----“El Renacimiento” de L. Peña y Ca. Dragones y Zulueta. Habana
J-04----Habana: Castillo del Morro----Edición Jordi – Nos. 74 y R-69840
J-05----Habana. Castillo del Morro----Edición Jordi – No. 161
J-06----(Castillo del Morro)----Mario L. Guardiola, Obrapía 511, Havana ..Curteichcolor No. K.9
J-07----(Castillo del Morro)----Roberts Tobacco Co., Neptuno 167, Havana, Mirro-krome Card, RTC-9
K-01----Entrada del Castillo del Morro.----The Rotograph Co., N.Y. City. (Germany) – No. G 12014a
K-02----Habana: Subida al Morro----Edición Jordi – Nos. 157 y R-61181
K-03----Habana: Entrada al castillo del Morro----Edición Jordi – No. 60
K-04---- Habana. Entrada al Castillo del Morro----Edición Jordi – No. 166
L-01----Escuela Militar de 1632, Castillo del Morro----Indeterminada
L-02----Habana: Farola del Morro----C. Jordi, Box 2334, Havana, Cuba – Nos. 33 y 52649
L-03----Farola junto a la bahía de La Habana, Cuba----“Swan, Havana” – Nos. 77 y 22151 N
N-01----Habana. Castillo de La Punta----Edición Jordi. No. 186
N-02 ----Habana, Castillo de La Punta----La Moderna Poesía, Obispo 133-135. No. 5
N-03--Malecón, La Punta y Castillo del Morro, Habana, Cuba--The Rotograph Co., N.Y.City. (Germany)
N-04----La Punta. Habana.----E.C. Kropp Co. Milwaukee. Photo by American Photo Studio – 29423
N-05----Habana. Malecón y Castillos Punta y Morro----Edición Jordi. No. 136
N-06----Habana. Malecón, Punta y Morro----C. Jordi, Box 2334, Havana, Cuba. No. 1
N-07----(La Punta y parte del Malecón)----The Rotograph Co., N.Y. (Germany). No. P.E. 12056
N-08----Malecón, Punta y Morro----C. Jordi, Box 2334, Havana, Cuba. Made in U.S.A. No. 66
P-01----La entrada del puerto. Habana----Detroit Photographic Co., Copyright 1900. No. 5892
P-02----Fortaleza de La Cabaña----The Diamond News Co., Havana, Cuba
P-03----El parapeto de La Cabaña, Habana----Detroit Photographic Co., 1900. No. 392
P-04----Fortaleza de La Cabaña----Tom Jones, Pub., Cin., O.
P-05----Fortaleza de La Cabaña y la bahía, Habana----The Rotograph Co., N.Y. City (Germany) No.G 12026
P-06----Paredes de La Cabaña, Habana----The Rotograph Co., N.Y. City (Germany) No. G 12031
P-07----Un saludo de La Cabaña, Habana, Cuba----The Rotogpraph Co., N.Y. City (Germany) No. E 12013a
P-08----Los Fosos de La Cabaña, Habana----The Rotograph Co., N.Y. City (Germany) No. G 12028
P-09----Cañones defendiendo la entrada del puerto----The Rotograph Co., N.Y. City (Germany) No. G 12034
P-10----Los Laureles de La Cabaña, Habana----The Rotograph Co., N.Y. City (Germany) No. G 12029
P-11----Habana. De la Cabaña----The Rotographic Co., N.Y. City (Germany) No. G 12031
P-12----Habana. El parapeto de La Cabaña----The Rotograph Co., N.Y. City (Germany) No. G 12033
P-13----Exterior de La Cabaña. Habana----Havana Tobacco Co. No. 50
P-14----Panorama de la Fortaleza de La Cabaña----Havana Tobacco Co. No. 24
P-15----Interior de la Fortaleza de La Cabaña----Havana Tobacco Co. No. 86
P-16----Habana. Saludo a la bandera cubana----Indeterminada. No. 3271
P-17----Habana. Batería antigua en La Cabaña----Indeterminada
P-18----Parapeto, La Cabaña.----Indeterminada. No. 30
P-19----Interior de la Fortaleza de La Cabaña, Habana, Cuba----Diamond News Co. Havana. No. 30
P-20----Habana. Foso de los Laureles, Cabaña----Jordi. (monograma JC) No. 23
P-21----La línea final en la Fortaleza de La Cabaña----E. C. Kropp Co., Milwaukee. No. 22131
P-22----La Cabaña----The Diamond News Co. 97 Prado, Havana, Cuba
P-23----Fosos de la Cabaña----Propaganda Sarrá
P-24----Batería de la Fortaleza de La Cabaña, Habana, Cuba----Indeterminada
P-25----Batería de la Fortaleza de La Cabaña, Habana, Cuba----Indeterminada
P-26----Habana. Artilleros cubanos----Indeterminada. No. 72
P-27----Habana. Batería antigua y Obelisco en La Cabaña----C. Jordi, Havana, Cuba. Box 2334, No. 14
P-27----Batería antigua y Obelisco en La Cabaña----Roberts & Co. Habana. Made in USA No. 19235
P-31----La puerta de La Cabaña, Habana----Detroit Photographic Co., 1900. No. 31
P-32----Habana. Fortaleza de La Cabaña----Edición Jordi. No. 35
P-33----Fortaleza de La Cabaña, al otro lado de la bahía desde La Habana, Cuba----“Swan, Havana”. No. 35
P-34----Entrada a La Cabaña----Foto Romay. Hotel Plaza
P-35----Fortaleza de La Cabaña, al otro lado de la bahía desde La Habana, Cuba----“Swan, Havana”. No. 67
P-36----Entrada a la Cabaña. Habana, Cuba----Indeterminada
P-41----Habana. La Cabaña----El Partenón, Obispo 106
P-42----Botes criollos y La Cabaña----Indeterminada
P-43----Castillo de La Cabaña. Habana----R. Corral. No. 102
S-01----Castillo de La Chorrera----Wilson’s Obispo 52, Habana. No. 173
S-02----Castillo de La Chorrera, Habana----Edición Especial, Ruiz y Ca. “La Universal”, Obispo 34, Habana
S-03----Habana. Antiguo fuerte español. Chorrera----Indeterminada. No. 94
S-04----Habana. Castillo de La Chorrera----C. Jordi, Havana, Cuba, Box 2334. Made in U.S.A. No. 3
T-01----Castillo de Atarés. Habana----R. Corral, No. 114
T-02----Habana. Penitenciaría de Atarés----Indeterminada
U-01----Entrada a la Prisión de la Habana. Castillo del Principe.----Indeterminada
U-02----Vista interior de la Prisión de la Habana. Castillo del Principe.----Indeterminada
V-01----Habana. Demolición de las antiguas murallas.----M. Lazaro. Obispo 39.- No. 26
V-02----Habana. Resto de las Murallas. Iglesia del Angel----Edición Jordi. No. 42
V-03----Porción de la antigua Muralla aún existente. Habana, Cuba----“Swan, Havana”. No. 30
V-04----Una parte de la antigua Muralla, Habana, Cuba----Curt Teich & Co., Chicago, U.S.A. No. 42
V-05----Restos de la Muralla. Habana, Cuba----E. C. Kropp Co., Milwaukee, Wis. No. 12459
V-06----Habana. Avenida del Puerto. Resto de antigua Muralla----Indeterminada (U.S.A.) No. 13
W-01----Torreón de San Lázaro. Parque Maceo----C. Jordi, Box 2334, Havana, Cuba. Made in U.S.A. No. 59
X-01----Cojímar. Torreón----Indeterminada
X-02----Castillo de Cojímar----Lito. R. García Muñiz. Manila 9-11